Varios países latinoamericanos están decidiendo en 2021 quiénes serán sus gobernantes los próximos años.
En medio de una crisis sanitaria y económica sin precedentes, varios países de América Latina han celebrado elecciones: Honduras, Perú, Bolivia y Chile, todos en condiciones precarias cuya región es la que más sufre por la súper contracción económica en un siglo, cercana a 8% en 2020, con unos 40 millones de personas que entrarán en el umbral de la pobreza.
Para el sociólogo y catedrático universitario de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNAH, Roberto Briceño, hay tres factores fundamentales del contexto en que se están desarrollando estos procesos políticos en Latinoamérica: el primero las relaciones con Estados Unidos, el segundo es la corrupción y el tercer tema está relacionado con la crisis sanitaria y los efectos de contracción socioeconómica que se han producido en la mayoría de países.
También argumenta que en relación a los procesos políticos hay otros factores que relacionar, entre ellos la pugna antineoliberal que está conectada con las relaciones con Estados Unidos y la imposición del modelo de explotación o extractivista, por otro lado está el movimiento indígena y los procesos de luchas de la izquierda de Latinoamérica. En ese contexto los latinoamericanos han empezado, en medio de la crisis, a buscar respuestas y salidas a la actual crisis que enfrenta cada país tras la muerte y devastación causada por la pandemia de COVID-19, sobre los nuevos gobernantes recaerá el peso de una enorme loza.
“En Ecuador vemos la unidad de las fuerzas de derecha y la fragmentación de las fuerzas de izquierda con el movimiento indígena, quien tuvo diferencias con el gobierno de Correa”, dijo el profesor en relación al triunfo de Guillermo Lasso, de la alianza conservadora CREO- PSC, y la caída de Andrés Arauz, heredero político de Correa al cual aparentemente le han pasado factura esas diferencias.
Por otro lado señaló que en Perú el peso fuerte ha sido el tema de la corrupción imperante, la presencia del movimiento étnico y la fragmentación política, “allí se están disputando más o menos la presidencia 18 partidos y han existido resultados que a mí en lo personal me han sorprendido”, señaló sobre las tendencias actuales que ponen al líder magisterial Pedro Castillo en la cima de la contienda electoral y Keiko Fujimori y Hernando de Soto con empate técnico en el segundo lugar. Por consiguiente, tendrá que haber segunda vuelta porque en los resultados preliminares la diferencia es de 3 o 4 puntos porcentuales.
“El riesgo de la segunda vuelta en Perú es que está ocurriendo como un patrón en Latinoamérica, es que la derecha mantiene unidad política, o más bien dicha unidad de intereses, si se unen Keiko Fujimori y Hernando Soto pueden ganarle a Castillo, manteniendo el supuesto de que el movimiento étnico mantenga las diferencias con el partido que encabeza la votación”, argumenta.
En el caso de Bolivia, a criterio del experto, a la vista del exterior oculta muchas interioridades de las contradicciones y las diferencias que hay dentro del seno del país, impulsado por los antecedentes de los gobiernos anteriores. Otro factor que ve importante es el pluralismo de los pueblos bolivianos, y que es difícil para un partido político aglutinar todos esos intereses bajo una sola bandera. Los bolivianos eligieron este domingo en segunda vuelta a los gobernadores de los departamentos de La Paz, Chuquisaca, Tarija y Pando, el último ciclo de un desafiante calendario electoral tras la crisis política y social de 2019 y en medio de la pandemia.
Desafíos
Para Briceño, los nuevos gobernantes que se sienten en las sillas presidenciales en los diferentes países de latinoamericanos enfrentarán serios desafíos, aunque intuye “que de los gobiernos de derecha no podemos esperar nada nuevo”, pues desde su perspectiva lo que buscarían “es sacar beneficio de la crisis, es decir utilizar la crisis para beneficios privados, sacar ventaja de los resultados negativos del incremento de la pobreza, incluso endeudando más a los países”, dijo Briceño, en el caso de Honduras destaca que la deuda que tenemos actualmente no tiene precedentes.
Para el experto, los gobiernos neoliberales debieron asumir el cambio de modelo liberal, pues considera que es un modelo fracasado, pues gran parte de la crisis de los sistemas de salud en América Latina y en el mundo contemporáneo es debido a ello.
“Está claro que donde se mantienen los sistemas de salud pública, los efectos son menores, distinto a los que han privatizado los sistemas de salud”, argumenta, sobre uno de los problemas que ha puesto de manifiesto la actual pandemia, aunque no olvida el tema de que la corrupción imperante es otro serio problema estructural.
La situación puede propiciar incluso el surgimiento de líderes populistas y de nuevas protestas callejeras: en donde el rumbo político de la región puede definirse en 2021 tanto en las urnas como en las calles.
“La tendencia va ser el surgimiento de nuevos movimientos políticos y nuevas representaciones”, destaca. Sin embargo haciendo una comparación entre los países de Sudamérica y Honduras, hay realidades distintas.
“Las contradicciones allá son más avanzadas que las que ocurren aquí, las expectativas de cambio que tiene la gente son más altas, porque tienen una tradición de lucha”, dice Briceño, quien destaca también la formación política que tiene la población de los países del sur, no obstante hay una fracción de la población hondureña, sobre todo joven, que está mostrando criterio para elegir, destaca.
Finalmente considera que el futuro para Latinoamérica es incierto, porque la única certidumbre que existe ahora es la crisis y las contradicciones.
Comentarios