Con 84 años de edad, Celina García Vega demuestra que no hay límites para cumplir un sueño. En una ceremonia realizada bajo estrictas medidas sanitarias, ella recibió el certificado de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), que la acredita como máster en Estudios de la Violencia Social y Familiar.
“Necesitaba conocer más, saber más, entender más sobre todo el proceso de la violencia. Necesitamos urgentemente un instituto para la paz, que nos diga dónde exactamente están las personas que han sufrido maltrato. Estudié en la UNED porque es la única en Costa Rica que da mucha libertad de movimiento y ofrece creatividad, no hay algo que te restringe para investigar lo que realmente te interesa”, dijo García Vega.
La juramentación se realizó el pasado jueves en el campus universitario Fernando Volio Jiménez, sede central de la UNED, siguiendo estrictamente las normas sanitarias frente a la pandemia.
García Vega ha dedicado los últimos 30 años en la atención de la violencia y ha estudiado y trabajado en universidades nacionales e internacionales. Además, destaca por sus aportes desde el Centro de Estudios para la Paz, fundación sin fines de lucro creada por ella para atender el fenómeno de la violencia en Costa Rica.
Con esfuerzo, culminó el plan de estudios de la UNED y presentó una investigación que, con distinción, logró resultados importantes al aplicar un programa alternativo a la violencia a un grupo de personas privadas de libertad del Centro de Atención Integral Jorge Arturo Montero Castro, conocido como La Reforma.
Desde su fundación, Doña Celina enfoca sus esfuerzos en la atención de personas privadas de libertad y de hombres que sufren agresión, lo que dice, la ha conducido a encontrar un propósito en su vida.
“Trabajar 30 años en cárceles, capacitando en cultura de paz me vinculó con esta maestría en particular. Insto a las personas adultas mayores a seguir haciendo lo que les gusta, que sigan adelante” agregó.
Por su parte, el rector de la UNED, Rodrigo Arias Camacho, destacó “la superación, coraje y anhelos de seguir adelante que caracterizan a Doña Celina. Esta juramentación es una manifestación clarísima de la misión de la UNED, de abrir oportunidades de superación, de realización de estudios para todas las personas, sin ninguna discriminación, por ningún motivo, tampoco por el etario”.
“Doña Celina es una señora con ansias de superación y de aprendizaje permanente, es un ejemplo para todo nuestro país”, concluyó Arias Camacho.
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