Los Programas Anexos Universitarios de la Universidad de Panamá que funcionan en el Centro de Rehabilitación Femenino Doña Cecilia Orillac de Chiari (Cefere) y el Centro de Rehabilitación El Renacer representan un hito histórico para el país y la región. Permiten llevar la educación universitaria a los privados de libertad. En este caso, ambos programas están adscriptos al Centro Regional Universitario de San Miguelito (Crusam).
El subdirector del Crusam, Edgardo Rodríguez, comentó al Semanario La Universidad que durante la pandemia hubo inconvenientes de conectividad para dictar las clases virtuales. Además, se presentaron dificultades de acceso para la entrega de los módulos debido a las medidas de bioseguridad impuestas por el Ministerio de Salud; el panorama cambió con las clases presenciales.
En Centroamérica, Panamá es el único país que cuenta con este tipo de programa, que inició en 2012. Es desarrollado por el Crusam y el Ministerio de Gobierno, por medio de la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP).
El Programa Anexo en el Centro de Rehabilitación Femenino, Doña Cecilia Orillac de Chiari, inició el 2 de septiembre de 2013 con el apoyo técnico y financiero del Proyecto denominado «Apoyando la reforma penitenciaria en Panamá» de la Oficina Regional de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito para Centroamérica y el Caribe (UNODC-ROPAN).
Rodríguez explicó que el Centro Femenino inició con 70 estudiantes en las carreras: Técnico Bilingüe con énfasis en Centros de Llamadas (15 estudiantes); Técnico en Confección y vestuario (12 estudiantes); Técnico y licenciatura en Desarrollo Comunitario y Organización Social (50 estudiantes).
En 2016, iniciaron las clases en el Centro de Rehabilitación El Renacer con las carreras de Derecho y Ciencias Políticas e Informática.
Para estos Programas Anexos se tiene un calendario especial, diferente al regular del Campus, los centros regionales y las extensiones. Los estudiantes de estas cárceles, en su gran mayoría, mantienen medidas cautelares. En ciertos casos, una vez terminan la condena, se reintegran y culminan la carrera en el Crusam.
El profesor Rodríguez comentó, con pesar, que en la justicia panameña se mantienen las penas accesorias. Esto impide que aquellos que concluyen la especialidad, luego de cumplir con sus condenas, puedan ejercer cargos públicos por cinco años; es como condenarles dos veces y tentarles a caer en la reincidencia delictiva.
El coordinador general de ambos programas es el profesor Gilberto Marulanda, catedrático de Historia. En tanto, el magíster José Álvaro, es el coordinador del Programa en Cefere.
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