El cangrejo azul, conocido científicamente como Cardisoma Crassum, es un residente común de los ecosistemas de manglares en el Pacífico de Panamá. Su extinción es una amenaza para la especie y el ecosistema. Así lo dio a conocer el doctor Roberto Lombardo, investigador y docente de Biología en el Centro Regional Universitario de Veraguas.
Lombardo, quien obtuvo el doctorado en la Universidad de Hokkaido en Japón, explica al Semanario La Universidad que los cangrejos son especies herbívoras que se alimentan de forma selectiva de algunas plantas. De esa manera, favorecen el crecimiento de otro grupo de ellas. Se les conoce en ecología como ingenieros de ecosistemas. Advierte que si desaparece la composición florística del manglar provocaría que las cadenas tróficas (alimentarias) y los animales que habitan el lugar se transformen, lo cual impactaría a las comunidades que ahí residen.
Durante el primer semestre de 2021 -enero a junio- Lombardo asesoró a la estudiante de tesis, Maryory Rojas, en una investigación sobre el cangrejo azul, denominada Crecimiento corporal y fidelidad a madrigueras por Cardisoma Crassum. Admite que fue su primera experiencia como tutor de manera formal y trabajando con esta especie. Explica que en el país solo antecede una investigación sobre el crústaceo, pero no del cangrejo azul.
Entre los datos recopilados en la investigación menciona la recaptura de 163 cangrejos azules, lo cual demostró su fidelidad a las madrigueras. Durante la estación seca (enero a marzo) la fidelidad fue de 73,24%, mientras que en la estación lluviosa (abril a junio) fue de 50,68%. La población se estimó en 2 mil 569 cangrejos por 10,93 con una densidad de 0,024 individuos m2.
El investigador de la UP en Veraguas, quien trabaja en la línea de investigación en ecología y conductas en modelo de invertebrado marítimo, relata que en Ponuga -sitio de investigación- observó que los cangrejos se iban achicando. En este período, 2022, encontraron especies más pequeñas en comparación con las correspondientes al 2021. Sostiene que la lógica le lleva a concluir que esto se debe a la extracción, y que ese comportamiento, además de alterar el tamaño del cangrejo, afecta la relación de abundancia entre los sexos.
El biólogo argumenta que la pesca disminuye el número de machos disponible en la población, al punto que cuando se va al campo se detecta que hay más hembras que machos. Es un síntoma clásico de las poblaciones dedicadas a la pesca. Otro fenómeno que atenta contra su preservación es que esta especie es sedentaria y su fidelidad a la madriguera la hace más vulnerable.
Comenta con asombro que es común ver al cangrejo, por docenas, amarrado en los mercados, y exhibidos en algunos eventos como los conocidos Festival del Ranchito en Río de Jesús y Festival del Marisco en Montijo en la provincia de Veraguas.
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