Siete de cada diez latinoamericanos sospechan que sus dispositivos electrónicos pueden estar espiándolos. Así se desprende del más reciente estudio “Ciberseguridad: Protección de Datos e IA en América Latina”, elaborado por Sherlock Communications. El informe explora opiniones y comportamientos de personas respecto a la privacidad y seguridad digital, en toda América Latina.
Entre los principales hallazgos también se encontró que los encuestados desconfían de las soluciones legales de sus gobiernos sobre la protección de información y ven con cautela el futuro de la Inteligencia Artificial (IA).
“Cuando se habla de privacidad y seguridad en América Latina, la desconfianza en los datos domina el panorama”, comentó André Duffles Teixeira Aranega, Consultor de Seguridad Digital en Sherlock Communications. Además, indicó que “a pesar de muchos desarrollos recientes, los latinoamericanos siguen siendo escépticos respecto a que las empresas y sus gobiernos hagan un buen trabajo en protegerlos”.
La mayor preocupación fue la venta de datos personales sin consentimiento, con un 77% de los encuestados, misma que se extiende hacia el almacenamiento en la nube: un 74% no sabe cómo se puede usar su información. Como consecuencia de esta filtración, el uso no autorizado de tarjetas de crédito es reportado como una causa de angustia por el 48%.
- Uno de los principales hallazgos es la preocupación por la venta de información personal sin consentimiento, con un 77% de los encuestados en todo el continente.
- Una de cada cuatro personas ha sido contactada por estafadores que se hacen pasar por su banco y alrededor de un 38% recibió un SMS sospechoso que le incitaba a hacer clic en un enlace.
- Las leyes sobre resguardo de datos y la Inteligencia Artificial son otros temas que generan inquietud.
Por su parte, solo un 33% destacó las leyes locales de resguardo de datos. “Aunque el marco legal sobre protección de datos está en diferentes etapas de desarrollo en toda la región, esa respuesta es una de las más consistentes en nuestro estudio”, mencionó Aranega, quien fue parte de la redacción del informe.
De acuerdo con el Índice de Ciberseguridad Global de 2020[1], Panamá se ubica en la posición 103 de 182 naciones, con una calificación de 34.11%. Este Índice evalúa los esfuerzos de los países por promulgar leyes y reglamentos de Ciberseguridad para abordar aspectos como la privacidad, el acceso no autorizado y la seguridad en línea.
Con el fin de proteger los datos de sus ciudadanos, por parte de personas naturales o jurídicas, en Panamá se aprobó la Ley de Privacidad de Datos. Esta ley establece los derechos y obligaciones tanto de los individuos como de las empresas con respecto a la recopilación, almacenamiento y uso de información personal. La ley de protección de datos personales se aplica a todas las empresas que operan en Panamá, tanto nacionales como extranjeras. La misma cubre tanto el procesamiento de datos automatizado como el manual, y exige a las empresas que apliquen medidas de seguridad de los datos y obtengan el consentimiento de las personas antes de recopilar, almacenar y utilizar sus datos personales.
Respecto a la disponibilidad de información personal en digital, como direcciones en Internet, es vista como un problema por el 45% de la región. El mismo porcentaje está preocupado por el seguimiento de la ubicación en dispositivos electrónicos personales. Mientras tanto, el uso no autorizado de fotos familiares (38%) y números de identificación nacional (39%) son otras inquietudes de los usuarios.
Los latinoamericanos no toman a la ligera las filtraciones de datos, con más de la mitad (55%) afirmando que dejarían de usar los servicios de una empresa si esta filtrara su información personal y recomendarían a otros que hicieran lo mismo.
Mientras tanto, el 70% dijo sospechar que sus dispositivos electrónicos pueden estar escuchando sus conversaciones, una cifra que aumenta a diario.
Cambio de hábitos
Las llamadas telefónicas y los mensajes también causan fastidio para las personas en la región. El 40% informa que recibió llamadas silenciosas de números desconocidos y el 26% ha sido bombardeada con ofertas de servicios no solicitadas, vía mensaje de texto. Una de cada cuatro (24%) ha sido contactada por estafadores que se hacen pasar por su banco y alrededor de un 38% recibió un SMS sospechoso que le incitaba a hacer clic en un enlace.
“Al igual que en el resto del mundo, las preocupaciones sobre seguridad y privacidad están cambiando rápidamente los hábitos en América Latina”, señala Aranega. Dos tercios (66%) de los encuestados mencionó que usa una dirección de correo electrónico secundaria específicamente para compras por Internet y un 41% limita la cantidad de datos personales que comparte en línea.
Cuando de protección informática se trata, la mayoría en la región (71%) dice tener antivirus activo en dispositivos electrónicos; el 83% confirma que creó contraseñas fuertes en línea, con un 72% adoptando la autenticación de dos factores. Además, el 82% evita hacer clic en enlaces desconocidos en los mensajes.
El comportamiento con el uso del teléfono resultó ser el más impactado negativamente. Más de la mitad (55%) ya no responde sus teléfonos a números no identificados, mientras que el 24% ha perdido llamadas importantes porque mantienen sus teléfonos en silencio para evitar interrupciones.
Los mensajes de texto de estafas y molestias han llevado al 27% a dejar de leer los SMS por completo. Como consecuencia, el 12% de los encuestados tuvo discusiones con amigos y familiares por llamadas ignoradas.
Inteligencia Artificial
Cuando se preguntó sobre el desarrollo futuro de la IA, el 67% estuvo de acuerdo en que mejorará la eficiencia general. Por otro lado, el 63% considera que aumentará los riesgos de fraude de información. Un 69% está intranquilo por perder su empleo debido a la IA.
En términos sociales, el 67% está preocupado por el uso de la IA para crear noticias falsas y el 66% teme su impacto en la democracia.
“Estamos viviendo una revolución tecnológica”, afirma Aranega. “Esta era promete un potencial monumental para el crecimiento tecnológico, la innovación y el liderazgo en la conformación del futuro. También plantea serios desafíos que requieren intervenciones y soluciones innovadoras, tanto por parte de los gobiernos como de las empresas.”
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