La Unidad de Educación Superior Inclusiva (UESI) de la Universidad de El Salvador (UES) conmemora una década de arduo trabajo en pro de la inclusión y la accesibilidad para estudiantes y personal con discapacidad. Fundada en el año 2014, esta instancia ha sido pilar fundamental para garantizar las condiciones necesarias que permitan el pleno desarrollo académico y profesional de este sector históricamente marginado en el ámbito educativo superior.
A lo largo de estos 10 años, la UESI ha llevado a cabo diversas iniciativas y programas encaminados a eliminar las barreras físicas, académicas y sociales que enfrentan las personas con discapacidad en el recinto universitario. Desde la adecuación de infraestructura con rampas y señalización accesible, hasta la implementación de ajustes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, pasando por la sensibilización a la comunidad educativa, son algunos de los logros que hoy se celebran.
«Tenemos el compromiso de trabajar porque el proceso de inclusión a nivel de la universidad sea una realidad, pero sobre todo es importante que también reflexionemos sobre cuál es el papel que la universidad juega para que este tipo de acciones se tomen a nivel de las instancias de gobierno y podamos hacer un esfuerzo colectivo que permita contribuir al desarrollo integral de toda la sociedad en su conjunto», expresó el MSc. Juan Rosa Quintanilla, Rector de la UES, durante el acto conmemorativo.
La UESI es una instancia pionera en la inclusión de estudiantes con discapacidad en la educación superior salvadoreña. En su discurso, la Dra. Evelyn Farfán, vicerrectora académica, destacó los avances logrados, pero también reconoció los desafíos pendientes en esta materia.
«Tenemos todavía un arduo trabajo por desarrollar para poder transformar esa realidad limitante y que también a las personas con discapacidad se le respete no solo su derecho a la educación, sino también su derecho a un trabajo digno», expresó la Vicerrectora. Asimismo, enfatizó en la necesidad de sensibilizar a docentes y personal administrativo para comprender las condiciones que se deben brindar a este sector estudiantil y garantizar así su plena autonomía en el ejercicio de sus derechos.
Por su parte, el MSc. Roger Arias, Vicerrector Administrativo hizo un llamado a la acción para apoyar verdaderamente a los estudiantes con discapacidad, yendo más allá de las palabras.
«De manera que no basta solidarizarnos con la palabra, sino con acciones y a veces nos cuesta entender que el espacio que tenemos de estacionamiento para estudiante o persona con discapacidad los que no tenemos discapacidad lo utilizamos o simplemente bloqueamos el acceso de las rampas en donde están o que son exclusivas para estudiantes con discapacidad motriz, es decir, no estamos sensibilizados aún, nos hace falta ponernos en la condición de los demás», expresó con franqueza.
Una década de Inclusión Universitaria
En el acto de celebración del décimo aniversario se rindió homenaje a quienes soñaron y lucharon por abrir las puertas de la máxima casa de estudios a este sector históricamente marginado.
Desde el estrado, la Licda. Rosario Villalta, coordinadora de la UESI, tejió una crónica de los orígenes de esta cruzada. En 2006, un puñado de valientes encabezados por Alberto Antonio Pérez González plasmaron en una hoja de papel bond sus anhelos más profundos: “becas, empleos dignos, infraestructura accesible y planes de estudio incluyentes”. «Eso fue lo que escribieron a puño y letra, y estuvieron presentándola a las diferentes autoridades», evocó Villalta con orgullo.
El recorrido histórico incluyó a otros incansables luchadores como Luis Morales y Roberto Mónico, docentes, quienes en 2009 abrieron brechas con proyectos pioneros de tecnología asistida y construcción de las primeras rampas. La chispa prendió hasta que en 2013 se oficializó la Política de Inclusión, dando luz verde a la creación de la UESI un año después. «Nuestro objetivo es que los estudiantes con discapacidad puedan acceder, permanecer y egresar con éxito», enfatizó su coordinadora.
En una década, la UESI ha logrado plasmar sueños en realidades tangibles: bibliotecas con textos en braille, intérpretes de lengua de señas gratuitos, diplomados y cursos de sensibilización para docentes y trabajadores administrativos. No obstante, Villalta reconoció que «aún seguimos en esa lucha constante de crear conciencia. Hace falta mucho por hacer». Un reto que no han encarado solos, pues «todo este esfuerzo ha sido posible porque cada uno de los presentes ha sido parte de una verdadera inclusión».
Aunando voluntades de autoridades, docentes, administrativos, cooperación internacional y aliados de organizaciones, la UESI ha trenzado una red de acciones mancomunadas “para empoderar a los estudiantes a exigir su derecho a la educación”, afirmó Villalta.
La oficina de la UESI se creó formalmente en 2014 tras el levantamiento de la Política de Educación Superior Inclusiva en 2013. Desde entonces, se han llevado a cabo numerosas acciones para hacer realidad la inclusión: creación de espacios accesibles, asignación de intérpretes de lengua de señas gratuitos, procesos formativos para la comunidad universitaria, entre otros.
Antes de finalizar, Villalta pidió un minuto de silencio en honor a la Licenciada Miriam Irinia Palacios Mayorga, graduada de Relaciones Internacionales, quien falleció recientemente y dedicó su vida a la lucha por los derechos humanos y la justicia para las personas con discapacidad.
Durante la mañana se realizó una feria de emprendimiento inclusivo en la que personas con discapacidad ofrecieron sus productos elaborados por ellos artesanalmente, alfajores, tartaletas, pulseras, llaveros, bisutería, entre otros, así como servicio de masaje relajante, masoterapia por especialista ciega. Por la tarde se desarrolló una jornada artística-cultural.
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