Encuesta de opinión sobre el acceso a la canasta básica y el estado actual de los precios en El Salvador
Por Escuela de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de El Salvador

Introducción

En los últimos días, se ha dado un fenómeno, muchos salvadoreños se quejan y exponen que sus ingresos no les alcanzan, que los alimentos están caros, que los servicios básicos han subido de precios, entre otros aspectos. Cada uno expone su descontento con relación al comportamiento de la canasta básica y su composición de bienes; esta variación de precios se ha venido acumulando de acuerdo a las investigaciones previamente realizadas en donde los precios se han incrementado como producto de las variaciones de los precios de los principales productos que la componen.

Según investigaciones previas, dichas variaciones tienen inmersas varias aristas, dentro de ellas:

El efecto especulativo por el incremento del salario mínimo
Por la variación de precios de los derivados del petróleo
El efecto especulativo de oferta importada, derivado de crisis de contenedores
La disminución de oferta de algunos productos básicos como efecto de las medidas COVID 19 en las fronteras
El incremento especulativo de la moneda digital Bitcoin
Para tener un mejor conocimiento del impacto que tiene el proceso de variación de precios actuales, se realizó un tema de coyuntura por parte de un grupo de estudiantes de la Escuela de Economía, para ello se entrevistaron 1100 personas por medio de un instrumento estadístico a través de Google; entre las fechas del 25 y 30 de Noviembre, para ello se calculó una muestra, utilizando la siguiente fórmula:

Tomando como base el Censo de la última Encuesta de Hogares Múltiples de la DIGESTYC del año 2020, la población mayores de 10 años es de 5,364,572, si a esa le restamos la población de 10 a 17 años, la población universo es de 4,532,890 y con un nivel de confianza del 95%, un margen de error del 5% y una deviación típica de 0.5; obteniendo una muestra de 600 a encuestar y contestaron el instrumento 1,002 personas; participando en su ejecución los miembros del Campus Central, la Facultad Multidisciplinaria de Occidente, la Facultad Multidisciplinaria de Oriente y la Facultad Multidisciplinaria Paracentral de la Universidad de El Salvador;

siendo la distribución de la encuesta según el rango de edad la siguiente:

De acuerdo a la distribución anterior, los resultados obtenidos de la ejecución de la encuesta y de la percepción de la población respecto al comportamiento de la canasta básica, es la siguiente:

B. Análisis de resultados

1. Departamento de residencia.

De acuerdo a la cantidad de encuestados que fue de 1,100 personas, el 53% de la muestra reside en el departamento de San Salvador, el 14% al departamento de La Libertad y en tercer lugar de los encuestados en el departamento de San Miguel, esto significa que el instrumento de evaluación se concentra en la capital, dado que son los que visualizan la variación de precios y su impacto en la capacidad de pago.

2. Edad.
De acuerdo a la estratificación que se realizó del instrumento estadístico, el 51% de los encuestados se encuentran entre los 18 a 25 años de edad; un 26% tiene 25 a 30 años de edad; un 21% de 31 años en adelante. Lo anterior podría dar una idea del impacto que tiene la variación de precios en la capacidad de compra de los encuestados.

3. Zona de residencia.

De los encuestados, el 79% reside en la zona urbana y el restante en la zona rural; lo anterior es importante para los resultados obtenidos, debido a que el impacto de los precios se siente más en la canasta urbana, ya que son los que visitan de forma constante los supermercados y otros lugares de consumo.

4. Ocupación.

El análisis ocupacional de las personas muestra que la mayoría de los encuestados realizan diferentes actividades; para el caso el 31.0% de los consultados trabajan, el 30.0% trabaja y estudia y el 3.0% son amas de casa, quienes son las que administran los recursos o ingresos del hogar; pero existe de las personas entrevistadas el 34% que solo estudia y el 2% no trabaja, ni estudia; son estos últimos grupos quienes recienten el proceso de variación de precios por el efecto consumo.

5. ¿Es usted el jefe o jefa del hogar?

De los consultados el 74% de estos no son jefes del hogar o responsables y el 26% sí son responsables del hogar, y por lo tanto, administran recursos para la adquisición de bienes y servicios que forman parte de la canasta básica.

6. Nivel de educación.

Entre los encuestados se tiene que el 55% de ellos posee un nivel de educación media, es decir, que han finalizado sus estudios de bachillerato; un 43% tiene educación superior, es decir, poseen una carrera técnica o ya poseen un grado universitario. Y un 2%, que tiene un nivel de educación básica.

7. Nivel de ingreso mensual.

De los encuestados que trabajan se tuvo que el 43% tiene ingresos de 0 a 364.99 dólares, es decir, que se encuentran en el rango de menos del salario mínimo vigente del sector comercio en el país; un 18% reportó que tiene ingresos de $365.00 a $450.00, es decir, se encuentran en el rango del salario mínimo vigente; un 15% un ingreso de 450.01 a 600 dólares, por lo que ganan más del salario mínimo vigente; un 17% un ingreso de 600.01 dólares a 1000.00; y un 7% reporto un ingreso de $1000.01 dólares en delante. Las estadísticas en esta preguta muestran que son pocas las personas que tienen poder adquisitivo para la canasta básica.

8. ¿De cuántos miembros está compuesto su grupo familiar (los que viven en su casa y no está incluido usted)?

En esta pregunta no se cuenta a la persona encuestada sino únicamente a las personas que viven con él/ella. En este caso, un 27% reporto que vive con 3 miembros en el hogar, un 26% que reside con 4 miembros en el hogar, 23% con 5 o más miembros en el hogar, y el restante presenta que no tienen un miembro en el hogar, es decir, viven solos y el 5% que solo con su pareja.

9. ¿Con qué frecuencia adquiere productos de la canasta básica?

Al ser consultados los encuestados respecto a la periodicidad en la que realizan las compras de los productos de la canasta básica, el 44.8% de los consultados manifestó hacerlo semanalmente; mientras el 29.09% manifestó que realiza las compras quincenalmente, lo que podría asociarse a la frecuencia de pago que también suele ser dos veces al mes en la mayoría de trabajadores formales.

Aunque existe un 17.6% de los entrevistados que compra sus productos de la canasta básica diariamente y solo el 8.64% lo realiza al mes.

10. ¿Cuál es el monto que disponen en su hogar para adquirir los productos de la canasta básica mensualmente?

En el gráfico No.9 se muestra la cantidad de unidades monetarias con las que cuenta cada hogar de los encuestados, desagregada por el número de miembros que lo componen, lo cual arroja resultados de alta relevancia, mostrando que el 76.7% de los hogares salvadoreños encuestados destinan un monto máximo de $250 al mes para la adquisición de los bienes y servicios de la canasta básica. El monto antes mencionado está muy distante al que corresponde a la canasta básica ampliada (siendo esta una aproximación al consumo que realiza una familia), que para el tercer trimestre de este año es de $408.58 (DIGESTYC, 2021). Así pues, 3 de 4 hogares no cuentan con los ingresos suficientes para satisfacer su cesta de consumo básica ampliada, apenas se logra absorber el costo de la canasta básica urbana ($204.29 DIGESTYC, 2021). En otras palabras, debe mencionarse que la construcción de la canasta básica no abarca de manera adecuada todos los productos que utiliza la población salvadoreña para su alimentación, y aun siendo así, el monto que dispone el 76.7% de los consultados no supera el costo promedio de la canasta básica que es de $408.58.

Otro hallazgo que se destaca es que solo el 5.18% de los encuestados destinan en su hogar más de $500.00 a la adquisición de la canasta básica, el resto destina menos porque tiene que cubrir los servicios básicos, y que de acuerdo a los resultados, también se han incrementado de precios.

11. ¿Qué medio de pago utiliza con más frecuencia para adquirir los productos de la canasta básica?

La información obtenida de esta pregunta muestra que el medio de pago preferido de la población encuestada es el dinero en efectivo, siendo utilizado por el 86.64% de los consultados; esto podría ser coherente porque la mayoría de personas compran de forma quincenal o diario sus productos de la canasta básica de acuerdo a los resultados antes descritos.

Como segundo medio preferido se tiene la tarjeta de débito, que representa al 31.64% de los consultados, quienes aprovechan pagar así sus productos de la canasta básica luego de percibir el depósito de su remuneración en su cuenta de ahorros, que también se ve influenciada por promociones que realizan las entidades financieras para promover este medio y su periocidad de sus remuneraciones.

Al momento de realizar el estudio, se pudo constatar que el uso de la criptomoneda Bitcoin todavía carece de preferencia en las personas que realizan la compra de productos de canasta básica, pues solo un 3.64% manifestó que utiliza Chivo Wallet u otras carteras digitales para realizar el pago.

12. Lugar donde compra los productos de la canasta básica.

Del total de encuestados, el 76.45% prefiere realizar la compra los productos que consume de la canasta básica en las cadenas de supermercados del país, la mayor parte de esta proporción son los trabajadores que reciben el pago de su salario en su cuenta de ahorro, y el día que proceden a retirar su pago, aprovechan a realizar sus compras, ya sea pagando en efectivo o utilizando su tarjeta de débito. Sin embargo, también el 62% manifestó realizar sus compras en los mercados municipales más cercanos a su lugar de residencia.

A pesar de que los precios de los productos sufren alzas en las tiendas que se ubican en las colonias, el 34.73% opinó que adquiere productos alimenticios en ellas, tal como se muestra en el gráfico 11.

13. ¿Cómo ha sentido las variaciones de los precios en este segundo semestre del presente año?

En el gráfico No. 12 se presenta la percepción de las personas encuestadas respecto a las fluctuaciones que han sufrido los productos que demandan los agentes económicos hogares para su consumo final, es decir, que no representan bienes de capital o de fines de inversión. El 95% opina que siente el alza en los precios de los bienes y servicios que consumen, siendo solamente el 5% restante que presenta una opinión contraria.

Ahora bien, resulta importante para los fines del presente estudio conocer los rubros en los que la población encuestada y los hogares de los que son integrantes han percibido en lo que va de este segundo semestre del presente año 2021. En dicha pregunta se establecieron como posibles respuestas 12 grupos de productos, esta clasificación fue considerando las 12 divisiones que ha establecido la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC) para la construcción del Índice de Precios al Consumidor (IPC) base 2009, el indicador económico por excelencia que es utilizado dentro de la Ciencias Económicas para medir la variación de los precios.

Así pues, en el siguiente apartado se muestran los principales grupos que la población que participó en este estudio han sentido que han golpeado sus bolsillos, reflejados en aumento de precios de su división.

13.1 ¿En qué grupo (o grupos) de productos ha sentido aumento de precios?

Como se muestra en el gráfico No. 13, el 85% de la muestra de la población salvadoreña ha sentido aumento en los productos alimenticios y en las bebidas no alcohólicas, es decir, aquellos que componen la canasta básica de alimentos de los hogares. Al analizar la variación de este rubro, de junio al mes de octubre que es el mes más reciente que presenta información el Banco Central de Reserva (BCR) en su base de datos económica y financiera, ha aumentado 3.6% en dicho período. Esto es crucial, puesto que se va deteriorando el poder de compra de alimentos de las familias salvadoreñas.

El segundo rubro que los encuestados manifiestan haber percibido aumentos es el denominado Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, opinando un 69.4% del total haber percibido incrementos. Si bien el estudio enfatiza en los efectos en los productos de la canasta básica que consumen las familias, al tener un aumento en rubros como estos, cuyos productos son usados como insumos por las empresas, esto puede provocar también un efecto en cascada en incrementos de los precios de los productos que dichas empresas ofrecen, debido al aumento en su estructura de costos.

14. ¿Cómo ha incidido el aumento del salariomínimo en la compra de los productos de la canasta básica?

Dentro de la teoría económica, las variables consumo y salarios tienen relación positiva, por lo que en dicha pregunta se buscó evidenciar si existía dicha relación, respecto al incremento del salario mínimo, que recientemente realizó la administración de gobierno actual y que entró en vigencia en el pasado mes de agosto.

Al respecto, los consultado exponen que dicho incremento no ha generado los resultados que se pretendían, ya que el 95% de los encuestados manifiesta que en sus hogares no ha tenido un efecto positivo dicho aumento, puesto que siguen manteniendo la misma demanda de productos de la canasta básica (54%), lo que significa sacrificio de servicios, o en el otro escenario, han sufrido una disminución de la compra de bienes alimenticios (41%), producto del aumento de precios.

15. Tomando en cuenta el nivel de ingresos de su hogar, ¿es posible adquirir los productos necesarios para la subsistencia de su grupo familiar?

La mayoría de encuestados manifiesta que los ingresos que generan ellos y los miembros de su hogar les permite hacer frente a las necesidades básicas, representando el 60%. Sin embargo un 15% dijo no poder comprar los productos necesarios para la subsistencia de la familia y el 25% dijo tal vez, significa poca certeza para mantener su nivel de consumo y capacidad económica debido al incremento de precios.

16. ¿Ha modificado su consumo de bienes la variación de precios? ¿En qué los ha modificado?

En el apartado no. 13 se pudo observar que los encuestados han sufrido en sus bolsillos el incremento de los productos que demandan para su consumo final. En el siguiente gráfico se muestra las medidas que han llevado a cabo sus hogares ante tal fenómeno, de los cuales más de dos tercios han optado por renunciar al consumo de los mismos, ya sean productos alimenticios, de belleza, de limpieza o del hogar. Solo el 33.1% manifiesta que ha implementado otros mecanismos ante el alza de los precios. Lo observable es el sacrificio de consumo de los consultados en donde exponen que compran menos productos de los que antes adquirían y es más aun cuando el 30.9% expone que ha disminuido el consumo de productos alimenticios.

17. ¿Qué fuentes de ingresos adicionales emplea para poder lograr la adquisición de productos de subsistencia?

El 40% de los encuestados (442 personas) han optado por llevar a cabo actividades que generen ingresos adicionales en vista de que los ingresos generados por su actividad principal son insuficientes para los productos de subsistencia. Un segundo trabajo realiza el 26.2%, un porcentaje bajo debido a que en El Salvador se carecen de oportunidades de empleos temporales que demanden de mano de obra para un corto período de horas diarias o semanales. El 50% manifiesta llevar a cabo otras actividades, distintas a las posibles respuestas planteadas por el grupo investigador.

C. Conclusiones

De acuerdo a los datos obtenidos, se observa que la población resiente el aumento de precios de los productos de la canasta básica, los cuales se han venido acumulando desde el mes de enero de acuerdo a los datos del BCR y al mes de octubre la inflación acumulada es del 6.2%.
Que el efecto especulativo de precios, también afecta a las familias, pues los bienes relacionados con la canasta básica, son sacrificados, debido a que se destinan recursos para su adquisición de bienes de consumo; por ejemplo, si bien los servicios básicos como el gas propano, el agua y el transporte público estan subsidiados, la familias los sacrifician y destinan mayores recursos para adquirir la canasta básica.
Es importante observar que los datos, muestra que las familias están sacrificando el consumo de bienes y servicio, lo cual impacta la seguridad alimentaria de las familias.