El 9 de julio es oficialmente el “Día Nacional de la Enfermedad de Chagas” en El Salvador, una fecha oportuna para reconocer la existencia de casos en el país, la gravedad de la enfermedad y la importancia de trabajar en mejorar la atención y la prevención de la enfermedad transmitida por el parásito Trypanosoma Cruzi. Por ello es que desde hace más de 20 años que la Universidad de El Salvador mantiene el tema del Chagas entre sus líneas de investigación.
Son dos proyectos que actualmente se realizan y otros más que se desarrollaron con anterioridad en esta institución, específicamente en el Centro de Investigación y Desarrollo en Salud (CENSALUD). Los estudios y proyectos se han enfocado en evidenciar la presencia de la enfermedad, validar nuevos métodos de detección de la enfermedad, proponer protocolos de atención y tratamiento de la enfermedad en el sistema de salud pública, estudiar las capacidades de infiltración del parásito en la estructura de la placenta, estudiar la secuenciación del parásito que causa la enfermedad, entre otras.
También se trabaja en el diagnóstico serológico y molecular en pacientes de diferentes edades, infantes, mujeres embarazadas y hombres en diferentes puntos del país; y en la parte social, enfocado en la educación de la población para conocer qué es la enfermedad en sí, cómo se transmite, cuáles son los síntomas, y lo más importante, cómo se puede prevenir.
El coordinador del Laboratorio de Biología Molecular de CENSALUD, Lic. Stanley Rodríguez, explicó que uno de los proyectos que actualmente se realiza se centra en estudiar la genética del parásito, ya que se conoce que existen más cepas o tipos de parásito Trypanosoma Cruzi con diferente genética. Para ello, se cuenta con el apoyo de la Universidad de Carolina del Sur, para la colecta de chinches, la extracción del parásito y su posterior estudio de secuenciación.
Agregó que uno de los primeros resultados es que hay hasta tres tipos de parásitos en una sola Chinche. “Esto puede ser la explicación del porqué algunas personas desarrollan la enfermedad de Chagas en una fase aguda. Algunas personas hasta mueren porque los ataca alguna cepa que es más virulenta que otra”.
También se realiza un proyecto de Chagas Congénito con la Universidad de Carolina del Sur, Estados Unidos. En este proyecto, según Rodríguez, se busca conocer la manera en que se transmite la enfermedad de Chagas de la madre al neonato, ya que existe evidencia de que durante el embarazo el virus cruza la placenta de la madre. Para ello se trabaja en realizar la prueba de Chagas a mil mujeres embarazadas.
“Hemos empezado a tomar muestras de sangre a las mujeres embarazadas y también muestras de placenta porque nos interesa saber cómo es que el parásito hace para atravesar la barrera placentaria”, dijo Rodríguez.
Pero aclaro que se han encontrado casos de mujeres embarazadas que no trasmiten el virus al neonato, y esto, a criterio del especialista, se debe a varios factores; uno es la genética del parásito, a la cantidad de parásitos, o a la estructura de la placenta. Por ello, se iniciarán los estudios de ultraestructura de la placenta “para ver si está influyendo en el hecho de que el parásito pueda atravesar esa barrera”.
También se busca trabajar en un nuevo método para detectar la enfermedad y así tener la validación de un diagnóstico. Lo que se pretende es que este nuevo método se proponga a las autoridades competentes en el ramo de salud para que a todas las mujeres embarazadas se les realice la prueba de Chagas, esto como parte del protocolo de atención en todos los centros de salud, dado que el equipo investigador de CENSALUD ha identificado numerosos casos de mujeres embarazadas con el virus que se transmite al neonato.
Este proyecto es continuación de uno anterior, también sobre Chagas Congénito, que se realizó desde el año 2018 al 2020. En este periodo se realizaron pruebas a 20 mujeres embarazadas en el departamento de Sonsonate, específicamente en el Hospital Nacional de Sonsonate “Dr. Jorge Mazzini Villacorta”. Aquí se identificó un 3.5% de mujeres embarazadas con Chagas.
Otra de las acciones realizadas en este tema es el “Proyecto de Investigación y Desarrollo Integral para el Control de la Enfermedad de Chagas en El Salvador” (SATREPS Chagas). En ese proyecto participó la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), el Ministerio de Salud, Educación, las universidades de Gunma, Ciudad de Osaka, Tokio, Keio, entre otras.
Parte del trabajo realizado con el apoyo de la cooperación japonesa fue la colecta de chinches en todo el país. De ello se determinó, no solo que el vector se encuentra en todo el territorio, sino que además el 16% de las chinches recolectadas resultó infectado con el parásito Trypanosoma Cruzi.
A esta conclusión se llegó luego de realizar la colecta del insecto, encuestas entomológicas y evaluación de riesgo, y la búsqueda del patógeno en el insecto, “porque no todas las chinches tienen el parásito. Le buscamos en el intestino con técnicas de biología molecular, le hicimos el diagnóstico molecular, buscamos el parásito”, agregó el académico.
Esto sirve “para saber cuál es la distribución de este vector en el país, para saber si hay algunos municipios o departamentos que tienen mayor riesgo que otros. Y el vector lo tenemos distribuido en todo el país”, explicó Rodríguez.
Para el investigador también hay factores que inciden directamente para que la enfermedad sea mayor. Uno de esos factores es la tala de árboles y la eliminación de espacios con vegetación, ya que el insecto que transmite la enfermedad vive en esos espacios y al no haber más estos espacios, se refugia en los hogares de las personas. Por ello es que también se realizan acciones de reforestación que generen beneficio económico, como por ejemplo la siembra de árboles de cacao.
“Nuestro deber como academia, como comunidad científica, es llevar esa información para tratar de reducir el riesgo de contraer la enfermedad de Chagas en la población”, dijo Rodríguez.
El coordinador del laboratorio agregó que también se trabajó en otro proyecto con apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC por sus siglas en inglés), de Canadá. Dicho proyecto se realizó del 2011 al 2014 con Guatemala, Honduras y El Salvador, y estaba enfocado en el mejoramiento de vivienda.
Este proyecto consistía en enseñarles a las familias que viven en casas de adobe y bahareque, la manera en que pueden mejorar las condiciones de sus viviendas con materiales, según Rodríguez, locales, simples, económicos o reutilizables.
También contempló el estudio de muestras de sangre a más de 1,200 personas de San Fernando, Morazán, de entre 18 y 65 años de edad, con capacidad para donar sangre. De ello se determinó que el 5% de esta muestra tenía anticuerpos para la enfermedad de Chagas.
Al ampliar la búsqueda del patógeno y llegar a los bancos de sangre del sistema de salud público, se encontró que existía un 1.4% a 1.6% de las personas donantes que también tenían los anticuerpos para la enfermedad de Chagas. Pero al realizar un consolidado de las muestras en estudio en ese municipio, el resultado se elevó a un 8% de las personas con capacidad para donar sangre infectadas con el patógeno de Chagas, explicó el investigador universitario.
Estas son solo algunas de las investigaciones y proyectos realizados que se enfocan en la biología molecular respecto al mal de Chagas, pero también se trabaja en otras áreas enfocadas en el desarrollo de fármacos para tratar la enfermedad, esto como una propuesta ante la carencia de medicamentos para el tratamiento de enfermedades que se transmiten, en su mayoría, en poblaciones más empobrecidas y con mayor carencia de recursos económicos.
Hoy, 9 de julio, fecha que se conoce como el “Día Nacional de la Enfermedad de Chagas», es oportuno, no solo mostrar el trabajo científico y las propuestas de solución a los problemas sociales que se realiza en la UES, sino también señalar la importancia de atender estas problemáticas tomando como base fundamental la evidencia científica y el conocimiento que se genera en esta universidad.
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