El 30 de julio de 1975, una marcha organizada por estudiantes de la Universidad de El Salvador (UES), en oposición a la intervención militar del Centro Universitario de Occidente en Santa Ana el 25 de julio de 1975, fue fuertemente reprimida por grupos militares, policías y miembros de la Guardia Nacional.
Días antes, el gobierno del Coronel Arturo Armando Molina advirtió por distintos medios de comunicación que de realizarse la marcha, actuarían con todo el peso de la ley en contra de toda alteración del orden público. Trágicamente, las palabras del coronel se volvieron realidad.
Los estudiantes del campus central organizaron una marcha pacífica que partió del estacionamiento de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la UES, con destino al Parque Libertad en el centro de San Salvador, sin saber que serían masacrados a la altura del paso desnivel del Seguro Social de la 25 Avenida Norte.
Tanquetas, armas de fuego y gases lacrimógenos, fueron las armas de represión utilizadas contra los manifestantes. Acorralados en el paso a desnivel, las tanquetas atropellaban a los heridos y obligaron a otros a saltar a los niveles inferiores para resguardar su vida.
Durante el acto de conmemoración en honor a los héroes y mártires del 30 de julio, el rector de la UES, maestro Roger Arias, hizo remembranza de los sucesos difíciles por los que la academia tuvo que pasar y exaltó la memoria de aquellos que dieron su vida por la educación.
“En sus 180 años la Universidad de El Salvador ha contado con 5 intervenciones militares, en donde la bota militar se impuso a la academia, se impuso a la ciencia, a la cultura, al arte. En donde la bota militar ocupó nuestros salones, laboratorios, equipos y no solo los ocupó, sino que también los hurtaron, pero lo más doloroso es que también violentaron los derechos de la comunidad universitaria, algunos de ellos fueron asesinados y otros desaparecidos”, dijo el señor rector.
Según el maestro Arias, la razón por la cual la Universidad de El Salvador fue constantemente blanco de los gobiernos militares, se debió a su posición crítica ante las injusticias y adversidades de un país convulsionado socialmente.
“El 30 de julio fue quizá el acto más doloroso que ha tenido que pasar nuestra Minerva, porque ese día centenares de compañeros y compañeras, sobre todo estudiantes y trabajadores, fueron acribillados, otros tantos fueron desaparecidos y otros torturados”, agregó el maestro Arias.
Mario Pleitez, sobreviviente de la masacre, narra lo sucedido. Eran más o menos las 2 de la tarde cuando decidió incorporarse, atraído por el sentimiento contagioso de los participantes, no pudo simplemente quedarse mirando la marcha que describió como enorme, pacífica y muy ordenada.
“Creo que nadie, ni los dirigentes ni los participantes nos imaginamos el final de es marcha tan trágica, porque iba alegre cantando, coreando, pacífica y lo que nosotros llevábamos además de los que iban con las pancartas eran nuestros cuadernos y libros”, dijo Pleitez.
En palabras del sobreviviente, al llegar al paso desnivel del seguro social, los estudiantes fueron interceptados por guardias nacionales, quienes sin mediar palabras comenzaron a disparar. Las tanquetas pasaron sobre los cuerpos de los estudiantes muertos y heridos.
Por su parte, el maestro Alfredo Ramírez, coordinador de la Licenciatura en Historia de la UES, comentó lo sucedido durante una entrevista para YSUES Radio Universitaria, en donde expuso lo que los registros testifican.
“Según alguna información testimonial se dice que los estudiantes fueron atacados con balas por parte del ejército; por su parte el ejército o más bien el grupo de agentes oficiales que estaban ahí, dicen que fue a ellos que les dispararon primero y por eso ellos respondieron con balas”, dijo Ramírez.
No obstante, el historiador resaltó el hecho de que los estudiantes no armados terminaron asesinados o heridos. También agregó que el estado salvadoreño trató de minimizar lo sucedido y que los medios de comunicación presentaron el hecho como un simple enfrentamiento. Irónicamente, el 19 de julio se realizó en San Salvador el certamen Miss Universo.
En 2020, autoridades de la Universidad de El Salvador presentaron a la Fiscalía General de la República un aviso con más de 60 casos, para conocer la verdad sobre lo ocurrido el 30 de julio de 1975. Además, la Comisión Especial de Investigación a Graves Violaciones de Derechos Humanos a la Comunidad Universitaria de 1975 a 1995 trabaja para esclarecer todos aquellos actos cometidos en contra de la institución y sus miembros.
Actualmente, el número de muertos y desaparecidos se desconoce, debido a que las autoridades recogieron los cuerpos de los muertos y heridos.
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