Jóvenes de diversas zonas rurales del país podrán mejorar sus prácticas agrícolas cotidianas y la gestión del agua de sus comunidades, tras aprender junto a geógrafas de la Universidad de Costa Rica (UCR) respecto al uso de tecnologías geoespaciales.
Las tecnologías geoespaciales combinan el uso de componentes electrónicos con el conocimiento geográfico para crear herramientas que mediante la recolección de datos permiten ejercer una mejor toma de decisiones en campos como el ordenamiento territorial.
Las 25 mujeres, oriundas de Guanacaste, Puntarenas, Cartago y la zona norte del país, participaron de la tercera edición del Rally Femenino de Tecnologías Geoespaciales organizado por la Escuela de Geografía, en una versión adaptada a la virtualidad impuesta por el COVID-19.
El espacio se desarrolló durante cuatro semanas a partir de videotutoriales y espacios de capacitación grupales e individuales, durante los cuales, las participantes aprendieron sobre diversas herramientas digitales gratuitas que pueden implementar de manera sencilla.
Según la docente y coordinadora de esta iniciativa, María José Molina, el espacio busca que las jóvenes pongan en práctica el conocimiento adquirido mediante el desarrollo de iniciativas que respondan a las diversas problemáticas que enfrentan cada día al trabajar en el campo.
Las propuestas generadas a partir de este proceso de trabajo aprovechan el uso de la tecnología para impulsar proyectos que promueven la reforestación, mejoran la gestión de las asadas, impulsan la lucha contra el cambio climático y velan por la seguridad alimentaria.
“Cuando hablamos de tecnologías geoespaciales la gente se imagina algo muy complejo, pero son herramientas muy sencillas con un impacto ambiental muy alto. El éxito de esta iniciativa radica en sumar a estas herramientas el conocimiento de ellas sobre sus territorios” enfatizó Molina.
La académica destacó que, más que pensar en intereses particulares, las jóvenes se preocuparon por implementar proyectos que benefician a sus comunidades desde diversas perspectivas relacionadas con temáticas de medio ambiente.
“No hay un pensamiento egoísta, ellas podrían haber pensado en algo que las beneficiara directamente o a sus familias, pero pensaron en beneficiar el ambiente y a sus comunidades” afirmó la docente.
Iniciativas responden a necesidades de las comunidades
Nancy Casanova Burgos es vecina de la Cruz en Guanacaste y fue parte del grupo de mujeres que participó de manera virtual de este espacio de capacitación, donde desarrolló la iniciativa denominada “Mi medidor en el mapa”.
El proyecto planteado por la joven de 31 años se vale de tecnologías geoespaciales para mejorar la gestión de la Asada de Santa Cecilia, que en la actualidad cuenta con 1 300 medidores instalados y abastece de servicio hídrico a unas 5 000 personas.
La instalación de los medidores para proveer del servicio se ha ido dando de manera paulatina desde la creación de la Asada en 1982 y en la actualidad, se carece de un registro formal de su ubicación en las propiedades, lo cual, dificulta de manera significativa los servicios de mantenimiento y reparación.
Burgos ideó la creación de un formulario web que permitirá a los vecinos de la comunidad registrar la ubicación exacta del medidor de agua que hay en sus propiedades y de esta forma, crear de manera colectiva un mapa con toda la información que requiere la Asada para continuar brindado el servicio.
“Cuando hay fugas los fontaneros de la Asada pierden mucho tiempo para ubicar los medidores y necesitamos maximizar el tiempo para que la gente no pase sin agua y ayudar a los fontaneros nuevos para que puedan hacer su trabajo de manera más sencilla” enfatizó la vecina de Guanacaste.
La joven Kyara Cascante Suarez también se sumó a este espacio de capacitación virtual sobre el uso de tecnologías geoespaciales desde su casa en Miramar de Puntarenas. El conocimiento adquirió la inspiró a desarrollar el proyecto “Mapeo de productores locales”.
La estudiante de bachillerato internacional reconoció que el contexto de la pandemia redujo los puntos de venta de los agricultores de su comunidad y que, al mismo tiempo, diversas personas tienen limitaciones para salir de su casa para adquirir algunos productos.
Cascante creo un formulario donde los agricultores pueden compartir información sobre los productos que ofrecen, sus puntos de venta y sus rutas de entrega. Estos datos se integran en un mapa que informa a los consumidores sobre la oferta de productos a su alrededor y les pone en contacto con los vendedores.
“Muchos agricultores que no vienen a la feria, pero producen y tienen dificultades para vender sus productos. En este momento debemos aprovechar lo que se produce en nuestras zonas y es importante darles soporte a los productores” concluyó la joven activista ambiental.
La Escuela de Geografía dará seguimiento a los proyectos generados en la tercera edición del Rally Femenino de Tecnologías Geoespaciales, el cual fue desarrollado con apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD).
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