El Conservatorio de Música de Occidente (EC-558) es uno de los proyectos de más larga trayectoria de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la Universidad de Costa Rica (UCR). Abrió sus puertas en 1981 bajo el nombre de Etapa Básica de Palmares, gracias a la colaboración del pueblo palmareño y la Sede de Occidente de la UCR.
Una gran cantidad de artistas, docentes en artes musicales y personas amantes del arte se han graduado en sus aulas. En la actualidad, con una población estudiantil de 100 personas, quienes realizan un aporte monetario simbólico de cada familia, en sus aulas se brinda una formación musical preuniversitaria, y al concluir las personas obtienen un diploma reconocido por el Ministerio de Educación Pública que les permite impartir clases en escuelas municipales o en Sistema Nacional de Educación Musical (Sinem), adscrito al Ministerio de Cultura y Juventud.
Aunque al inicio atrajo a personas de la zona, su actual población estudiantil la componen personas de diversas regiones, “al tiempo que hacemos Acción Social pero también con una formación sumamente competitiva y de alto nivel”, explicó la magister Verónica Jiménez Quesada, coordinadora de este proyecto.
“El objetivo principal del programa es crear una población sensible al arte, a la música, que descubra sus competencias para que logren expresarse a través de ella, sobre todo en una sociedad con tantas carencias”, agregó Jiménez.
Las experiencias se multiplican con cada estudiante. Según Alana Quesada, con 11 años de edad decidió entrar al preuniversitario porque creció escuchando música y desde sus primeros años le ha gustado. “Mi experiencia aquí ha sido muy bonita y tener compañeros que tocan otros instrumentos con los que puedo compartir estas experiencias y nuestras piezas. Espero algún día tocar en recitales, amo tanto la música que en un futuro me gustaría ser compositora, tocar piezas de otros compositores”.
Madres y padres no dudan en destacar los beneficios que obtienen sus hijos e hijas. Para Auxiliadora Hernández Campos, madre ramonense de David Blanco Hernández, con 10 años y estudiante de piano y violín, siempre le dice a otras madres y padres “que vayan, que hagan la audición en el conservatorio. Entre los beneficios que obtienen, además de aprender música, es que son niños y niñas ordenados y disciplinados con todos sus tareas escolares y las musicales. En nuestro caso, no escuchamos radio ni televisión porque escuchamos música todo el día. Ahora mi hijo nos está diciendo que quiere dar conciertos de piano, convertirse en concertino y componer música para películas; además de estudiar Informática o Astronomía”.
De Guanacaste para el mundo
Otra de las Etapas Básicas de Música de larga trayectoria es la que se fundó en 1979 en Santa Cruz, Guanacaste. “Al inicio del proyecto, en ese primer momento por la sociedad santacruceña, la municipalidad del cantón, la UCR y el gobierno de Japón, se dieron a la tarea de buscar un espacio físico, instrumentos y sobre todo el cuerpo docente, capaz de residir en una zona rural, calurosa, y como todas, con muchas limitaciones”, recordó el profesor Dr. Razziel Acevedo Álvarez, quien también realiza labora como investigador de la Sede de Guanacaste quien también realiza labora como investigador de la Sede de Guanacaste (SG-UCR).
Así, Guanacaste, una región culturalmente rica, y con una tradición de oralidad musical centenaria, inició una aventura que sigue vigente hasta el día de hoy basada en la innovación curricular. Según Acevedo, ésta se fundamenta en los aportes comunitarios, sus valores y herencia potenciados por los aportes de la enseñanza desde la academia para la enseñanza de la teoría e historia musical, el estudio individual de un instrumento, práctica de laboratorio y participación colectiva en ensambles, orquestas y diversas agrupaciones.
A la fecha, la Etapa Básica de Santa Cruz (EC-585) ha brindado diversos cursos a unos 10000 niños y jóvenes, cerca de 300000 personas han disfrutado de un millar de presentaciones, y las agrupaciones que han surgido de este proyecto han viajado a festivales internacionales en Austria, Italia, Francia, Alemania, Polonia y casi toda Iberoamérica.
Para Yessica Villalobos Chaves, su paso por este proyecto inició a los 7 años, y a los 20 se graduó como ejecutante de clarinete. En la actualidad, es parte de la Banda de Conciertos de Guanacaste del Ministerio de Cultura y Juventud, y docente en la Escuela de Música Jesús Watson, en las Juntas, Abangares.
Como una institución presente en todas las regiones la UCR sigue ofreciendo oportunidades de crecimiento musical a miles de niños, niñas y jóvenes con un ADN marcado por su amor por el arte.
Foto cortesía Conservatorio de Música de Occidente.
Villalobos subrayó que su formación musical marcó su vida porque antes de eso, “era una niña poco sociable, al ingresar a la etapa básica no solo me hizo crecer como persona, tener una visión de responsabilidad, disciplina y constancia; sino, que me pude relacionar con muchas personas y sobrellevar muchos miedos e inseguridades”.
Además de la formación, para la profesora Villalobos, el vínculo entre la universidad y las comunidades, que fundamenta la Etapa Básica de Música de Santa Cruz, permite el desarrollo de la niñez y juventud guanacasteca, pero también rescata el acervo cultural de compositores y artistas de la región.
Finalmente, Alejandro Gómez Ovares, guitarrista y egresado de la Etapa Básica de Música de la Sede Rodrigo Facio y actual docente del Conservatorio de Música de Occidente, subrayó que este tipo de programas tienen “un impacto enorme en muchas personas, no solo en los estudiantes, sino también en sus familias y en las escuelas y colegios. Creo que son personas distintas porque tienen una sensibilidad social y emocional mayor que les ayuda a superar todos los retos musicales”.
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