Es difícil imaginar el mundo sin algunas herramientas tecnológicas como las computadoras, los celulares, los automóviles, las refrigeradoras, los controles remotos y los televisores, ya que todos estos aparatos son parte de nuestro diario vivir, ya sea para ejecutar las tareas del hogar, de estudio o del trabajo.
Sin embargo, detrás de cada uno de estos dispositivos se esconde la magia de los semiconductores, materiales que permiten o impiden —es decir que regulan —el paso de la corriente eléctrica, y que son clave para el funcionamiento de cualquier aparato electrónico.
Algunas de las aplicaciones más comunes de los materiales semiconductores son los transistores, los circuitos electrónicos y los diodos, todos ellos son fundamentales para cualquier tipo de dispositivo.
Datos del Consejo de la Unión Europea estiman que la producción de microchips alcanzó el 1,1 billones de chips en el 2021, lo que se traduce a un total de 140 chips por persona en el mundo.
Sin embargo, a partir del 2020, como consecuencia de la pandemia por Covid-19, se dio un desabastecimiento de semiconductores, debido a un incremento en la demanda de los dispositivos electrónicos, lo cual se sumó al hecho de que varias industrias (automovilística, electrodoméstica, tecnológica) dependen de estos materiales para su producción.
Como respuesta ante esta situación, Estados Unidos decidió abrir nuevas fábricas de semiconductores para reequilibrar la oferta y la demanda.
Para conseguir este objetivo EE. UU creó la Ley de Chips y Ciencia, en el 2022, mediante la cual destinó alrededor de US$ 280 millones para impulsar la producción de chips, y un fondo de alrededor de 52.700 millones de dólares en subvenciones para promover esta área.
Fue así como en el 2023, Costa Rica fue declarado aliado estratégico de EE. UU en aras de convertirse en el punto regional para el ensamblaje, empaquetado y prueba de semiconductores.
Este panorama es muy beneficioso para Costa Rica, ya que la inversión extranjera propiciará la apertura de miles de empleos en el área. Por esta razón, el país se prepara en la capacitación y especialización del talento humano necesario para atender la demanda de la industria tecnológica, microelectrónica y de semiconductores.
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