La carretera a Caldera requiere una intervención integral
Foto de cortesía

La Ruta Nacional Primaria 23, conocida popularmente como carretera Barranca-Caldera, es una vía nacional de alta conectividad, ya que sobre ella transitan entre un millón y dos millones de vehículos cada mes, según los datos reportados por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).

Además de este alto flujo vehicular, la carretera 23 es una de las pocas rutas que conecta a la Gran Área Metropolitana (GAM) con la costa Pacífica para efectos de comercio, industria, transporte y turismo.

Sin embargo, a pesar de la importancia que representa dicha vía para el país, en los últimos años su infraestructura ha sufrido un desgaste considerable por causa del oleaje, las mareas altas y la pérdida de sedimentos de la playa; además, no se ha implementado una solución integral que permita mitigar la problemática.

Este panorama ha sido analizado por diferentes laboratorios y unidades de investigación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Costa Rica, los cuales han estudiado y planteado distintas alternativas viables para solucionar la problemática.

Por ejemplo, desde el 2013, la Unidad de Ingeniería Marítima de Ríos y Estuarios (Imares) —anteriormente llamada Laboratorio de Ingeniería Marítima y Fluvial (LIMF)— determinó, por medio del estudio “Dinámica litoral y propuestas de actuación para la estabilización de playa Caldera”, que la problemática de erosión que sufría la playa ubicada en las cercanías de Caldera se debe a una pérdida de sedimento que se da desde la construcción del puerto. Esto, a su vez, ha provocado que la playa retroceda y que el fuerte oleaje, junto con mareas extraordinarias, dañe la infraestructura de la carretera.

Desde el 2017, al igual que Imares, el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) realiza diferentes investigaciones e informes de evaluación del impacto de la erosión costera en esta ruta nacional. En su último análisis de agosto del 2023, se señaló el riesgo potencial de pérdida de conectividad de la vía en zonas definidas como de susceptibilidad muy alta.

Dicho documento puntualizó que estas zonas de alta susceptibilidad se encuentran en el sector de playa Nueva (al oeste del puerto de Caldera), en la playa que está al sur del puente del estero de Mata de Limón, en playa Caldera norte (alejándose de la línea de costa) y en los acantilados de Roca Carballo. Entre los puntos identificados dentro del parámetro con muy alta susceptibilidad están el Pk 9+500 y 10+500, donde actualmente se están dando los problemas de erosión en el enrocado que protege este camino.

Sin embargo, más allá de solo evidenciar la situación, ambas instancias de la UCR han planteado alternativas técnicas que, a mediano y largo plazo, funcionen para resguardar la vida de los usuarios que transitan esta vía, así como para prolongar la vida útil de la carretera.