José Ariel Madriz Martínez tiene 23 años de edad. Es oriundo del territorio indígena cabécar de Chirripó en Turrialba, estudió en el Liceo Rural Uluk Kicha y está matriculado en la carrera de Enseñanza de las Matemáticas en la Universidad de Costa Rica (UCR), específicamente en el Recinto de Guápiles, en donde reside en la actualidad. Sin embargo, llegar hasta ahí no fue fácil, ya que como él afirma: “es demasiado difícil por la complejidad y la limitación que tenemos para salir” de la comunidad llamada Sharabata.
“Hay que caminar como 2 horas para agarrar el bus o es como 40 minutos si es en moto y después de allí, hay que viajar como 1 hora y 30 minutos en bus para llegar a Turrialba”, explicó Madriz sobre su recorrido para llegar al recinto universitario. Además de la lejanía geográfica, este distrito turrialbeño está ubicado en el último puesto (483) del Índice de Desarrollo Social (IDS) del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica que se realiza cada cinco años y el cual mide la economía, la participación social, la salud, la educación y la seguridad de los distritos de Costa Rica.
Madriz tenía muy bien definido que quería ser profesor de Matemáticas. Sin embargo, tenía varias condiciones en contra; entre ellas, las secuelas de la pandemia del COVID-19 y la falta de conectividad en esta zona indígena.
Proyecto de TCU apoya el camino hacia las aulas universitarias
Según las estadísticas de los últimos cinco años de la Red Institucional para el Trabajo con Pueblos Indígenas (RIPI) de la UCR, a pesar de estas limitaciones, 85 jóvenes provenientes de pueblos indígenas -incluyendo a José Ariel- han ingresado a esta casa de enseñanza universitaria, gracias a la articulación de oficinas administrativas, vicerrectorías y proyectos de Acción Social, como el Trabajo Comunal Universitario de la Sede del Atlántico “Sikua Ditsö: Compartiendo aprendizajes”.
Desde el año 2009, este TCU se ha trasladado a los liceos rurales de Kabebata, Tsiruri, Uluk Kicha, Shikabali, Roca Quemada, Jak Ksari y Kjakuo Sulo con el objetivo de apoyar en los procesos educativos para que las y los jóvenes finalicen sus estudios de secundaria y participen en los procesos de admisión a las universidades públicas.
Para Juan Armando Solano Calderón, orientador del Liceo Rural Jak Ksari, el TCU “Sikua Ditsö: …
Para Juan Armando Solano Calderón, orientador del Liceo Rural Jak Ksari, el TCU “Sikua Ditsö: Compartiendo aprendizajes” es apoyo y nivelación. Foto: Jorge Salmerón Ramírez.
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“Además de ayudar en la preparación para el examen de admisión [...] también se aporta en otras estrategias que favorezcan el desarrollo integral, como la convivencia con estudiantes de la universidad, quienes desarrollan talleres del movimiento humano o de arte, ya que son materias que en los colegios no se imparten dada la modalidad del liceo. Se acompaña en otros procesos educativos en los cuales, los colegios detecten alguna necesidad”, explicó Mónica Gutiérrez Hernández, coordinadora del TCU.
Estudiantes de diversas carreras universitarias realizaban visitas constantes a los colegios para apoyar esos procesos. Sin embargo, con la pandemia, la creatividad fue activada para crear videos, afiches y otros productos comunicativos que se pudieran copiar en dispositivos USB y enviarlos por medio de funcionarios del Ministerio de Educación Pública, cuando tenían que ingresar para dejar las becas de canastas alimenticias. De una u otra manera, estudiantes y docentes de la UCR buscaron la forma de enviar material para que las y los colegiales tuvieran material para prepararse para el examen de admisión.
“Siento que es bastante importante debido a que la Universidad de Costa Rica intenta garantizar la educación a todos nosotros como costarricenses y la población indígena merece esta información y que las oportunidades lleguen a ellos. Nuestra tarea es importante” enfatizó Bryan Garita Araya, estudiante de Enseñanza del Inglés y que forma parte del equipo de este TCU.
La virtualidad es parte del cotidiano de la sociedad, pero no todas las zonas geográficas cuentan con conectividad y Chirripó es una de ellas. Adicionalmente, la UCR tiene virtualizados casi todos los procesos, en especial, el de admisión, el cual está vinculado con otras universidades públicas.
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“Se da todo el acompañamiento en el proceso de admisión, está muy de cerca con las personas profesionales en orientación, ya que por tema de conectividad no siempre pueden estar atentos o pendientes de las fechas. Entonces desde el TCU estamos siempre acompañándolos si hay que realizar alguna gestión que por tema de conectividad se les dificulta. Desde el TCU se da ese apoyo y ese acompañamiento”, aclaró Gutiérrez.
Además de este apoyo, la elaboración de cada uno de estos productos comunicativos tienen un proceso de escucha, compartir de saberes de todas las partes y construcción en lengua cabécar y con respeto a su cultura. Una acción muy importante que valora Juan Armando Solano Calderón, orientador del Liceo Rural Jak Ksari.
“El trabajo (del TCU) es importante ya que las visitas (a los colegios) permiten que los estudiantes se sientan más identificados con los procesos de las universidades [...] Asimismo, la creación de materiales adaptados con una guía vocacional actualizada para ellos, según las universidades y carreras. Para el futuro sería bueno pensar en trabajar en esa parte del vínculo de transición entre colegio y universidad. Esa es una de las recomendaciones que daría”, puntualizó Solano.
Después de dos años de trabajo virtual, la coordinadora junto con el equipo estudiantil matriculado en el TCU realizaron la primera gira a los 7 colegios el pasado 4 de marzo con el objetivo de orientar y brindar información sobre el proceso de admisión, y el 18 de mayo volvieron a ingresar al territorio indígena para empezar a preparar a la población de undécimo año para el examen de admisión de las universidades públicas.
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Toda esta labor universitaria busca contribuir al desarrollo integral del distrito de Chirripó, creado en el año 2001, con un estimado de 4 185 habitantes, según datos del último censo del 2011, y uno de los 24 territorios indígenas de Costa Rica. De esta manera, la UCR se une al llamado de la Unesco, la cual declaró el 21 de mayo como Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, “con el propósito de animar a las personas y a las organizaciones de todo el mundo a que tomen medidas concretas de apoyo a la diversidad”, según lo afirma la página oficial de este organismo mundial.
Mientras todas las partes vinculadas al proyecto del TCU de la Sede del Atlántico siguen uniendo esfuerzos para lograr el desarrollo y el diálogo en la zona indígena cabécar en Chirripó de Turrialba, José Ariel, quien se benefició de la labor de este TCU, sigue esforzándose para graduarse como profesor de Matemáticas. “Quiero regresar a mi comunidad a ejercer mi profesión” concluyó.
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