Su sonrisa amable, su voz cálida y mirada serena, pero sobre todo su determinación caracteriza a la Ingeniera Mariel Alem Fonseca, quien con tan solo 32 años vive el sueño de ser la primera costarricense en cursar un doctorado en Ingeniería en la Universidad de Cambridge, Reino Unido.
Esta joven oriunda de Santo Domingo de Heredia recuerda con cariño y nostalgia, como fue que desde el año 2011, sus viajes en bus por las mañanas hacia la sede Rodrigo Facio de la Universidad de Costa Rica se convirtieron en el inicio de una aventura rumbo al éxito personal y profesional.
Y en efecto, la Universidad de Costa Rica pasó de ser solo su casa de estudios, para ir más allá y convertirse en el semillero en donde Mariel pudo cultivar sus habilidades y sus conocimientos, pero sobre todo en el espacio donde su firmeza y capacidad de resiliencia pudieron florecer.
Ella rescata cómo la oportunidad de cursar estudios generales, de tener un acercamiento a la realidad nacional por medio del trabajo comunal, así como las posibilidades para trabajar de forma interdisciplinaria y el espíritu UCR de buscar siempre la excelencia y el bien común en todo lo que se emprenda, son la base para que hoy sobresalga en una de las cinco instituciones de educación superior más prestigiosas del mundo, según el Ranking Times Higher Education.
“Me siento sumamente orgullosa de poder decir “soy UCR”, porque para mí la U es un pilar de mi formación. Y siento que la U me brindó las herramientas suficientes para superar desafíos, no sólo académicos sino también laborales. Agradezco la oportunidad de haber estudiado en un lugar como la UCR en donde te enseñan a trabajar con dedicación, pensar críticamente, a ser una persona empática y consciente de su impacto en la sociedad. En la UCR no sólo te enseñan a ser un profesional de excelencia, sino también a tener una visión humanística” expresó Alem.
Mariel también recuerda con nostalgia sus asistencias en diferentes carreras y áreas del conocimiento de la UCR, así como la experiencia de trabajar en grupo con otros estudiantes. Estas experiencias le permitieron afinar sus capacidades para el trabajo en equipo, y hacerla comprender que el trabajo interdisciplinario es muy enriquecedor, ya que se puede aprender aspectos muy valiosos de otras personas y campos del conocimiento.
Además, aseguró que las aulas y laboratorios de Ingeniería Industrial siempre fueron, hasta el 2017 año en el que se graduó, un espacio propulsor, en donde se sintió motivada e inspirada a destacar como mujer y profesional.
“Mi paso sobre Ingeniería Industrial en la UCR fue importante porque, además de aprender las bases técnicas, adquirí experiencia práctica en la industria mediante proyectos con empresas. Y, creo que esto ha sido de mucha ayuda para mi doctorado, porque actualmente trabajo en el Instituto de Manufactura de Cambridge y el formato de trabajo tanto con los estudiantes de pregrado, como los de maestría y los de doctorado, es bastante aplicado a la industria también” expresó.
La joven también agradeció a la Facultad de Ingeniería de la UCR, la cual, desde su perspectiva, realizó esfuerzos para estimular a los estudiantes a concretar sus metas académicas.
“Recuerdo que alrededor del 2015, en Ingeniería Industrial éramos un grupo grande de mujeres, siendo la carrera de Ingeniería con más mujeres en la facultad. Se hacían esfuerzos para integrarnos en todas las áreas, tanto ciencia de datos, como mecánica, termofluidos, electrotecnia, etc. Recuerdo también que habían programas como “Mujer en la Ingeniería” para impulsar la incorporación de más mujeres en estas áreas, y siento que es así como vamos bien encaminados hacia esa meta, pero todavía tenemos muchísimo más trabajo por hacer para las futuras generaciones” dijo Alem.
Un sueño que con esfuerzo y determinación se convirtió en realidad
Actualmente Mariel se encuentra cursando sus estudios de Doctorado y trabajando en el Instituto de Manufactura de la Universidad de Cambridge, en donde a su vez desarrolla la investigación titulada: "Evaluación de las cadenas de suministro de alimentos innovadores desde una perspectiva de resiliencia y costos: un estudio sobre la industria de proteínas alternativas", gracias a una beca de Cambridge Trust, Newnham College, y Trinity College Henry Barlow.
“Mi propósito de vida es lograr un sistema de alimentos global que sea resiliente y garantice el acceso equitativo a alimentos nutritivos, apoye los medios de vida rurales y los salarios justos, proteja la naturaleza, y sea ético para todos, independientemente de la especie” explicó la joven.
Para ingresar a este doctorado, Mariel asegura que tuvo que aplicar durante tres años consecutivos, hasta que consiguió el financiamiento necesario para cumplir su propósito. De esta manera, como mensaje a otros jóvenes, ella considera que la clave para conseguir una meta radica en soñar alto, tener ese objetivo claro, esforzarse y nunca rendirse.
“Es esencial tener una visión muy clara, sin miedo a que parezca exagerada o fuera de nuestros límites. Una vez definido nuestro motor de vida, lo que sigue es el compromiso de mantenerse fiel a él, incluso cuando las cosas no salgan como se espera. Por ejemplo, cuando apliqué a mi doctorado, tuve que intentarlo tres veces. Los dos primeros años la Universidad me aceptó, pero no obtuve financiamiento, que es lo más difícil de conseguir. Yo no tenía los fondos para apoyarme a mí misma a venir a estudiar aquí. Continué intentándolo año tras año hasta que, en mi tercera aplicación, logré el financiamiento necesario. Esto fue posible gracias a la guía que recibí de muchas personas, así como mi actual supervisor, que creyeron en mi sueño y reconocieron mi determinación y esfuerzo” dijo Alem.
Previo al doctorado, Mariel también tuvo la oportunidad de cursar una maestría en Ingeniería para el Desarrollo Sostenible en esta misma universidad gracias a una beca del Micitt y del Conicit. En el marco de este posgrado desarrolló el estudio: "Intervenciones de ingeniería para reducir el impacto de la carne: un enfoque de pensamiento sistémico". Al finalizar su maestría regresó a Costa Rica y estuvo durante tres años trabajando en el área de créditos de carbono y proyectos ambientales.
En su opinión, la calidad de la formación que recibió en la Universidad de Costa Rica fue clave para que a pesar del cambio de país y de idioma, pueda cursar sin problema el Doctorado y abrir su mente a trabajar junto con personas de diferentes culturas.
Asimismo, ella considera que la formación humanista, así como el sentido de retribuir a la sociedad, y la búsqueda del bien común, son características que hacen que los ingenieros formados en la UCR destaquen en el exterior.
“Debemos ser agentes de cambio, es decir, no solo venir a hacer lo que nos corresponde desde nuestra profesión, sino aspirar a ir más allá y aportar con nuestro conocimiento un granito de arena para que el mundo sea mejor. En mi caso, me enfoco en la sostenibilidad, un valor que la UCR me inculcó y que me impulsa a devolver a la sociedad e impactar positivamente con mi trabajo” manifestó la joven.
A corto plazo, la joven confiesa que desea ayudar a otras personas estudiantes a cumplir sus sueños y a aportar su granito de arena al mundo, y que está enamorada de la academia, por lo que se vislumbra como docente e investigadora en su área de sostenibilidad de alimentos, ya sea en Inglaterra o en Costa Rica.
Para finalizar la joven se refirió a la importancia del apoyo de las personas que han estado cerca de ella durante su proceso académico: “estoy profundamente agradecida con la guía que recibí de los profesores Alberto Godínez y Dr Mauricio Zamora de la Escuela de Ingeniería Industrial. Particularmente ellos fueron mi guía y mi apoyo desde un inicio, creyendo en mí, y equipándome con muchísimas herramientas que hoy en día utilizo en mi trabajo. Sumamente agradecida también con Dr. Mukesh Kumar, Dr. Naoum Tsolakis y Dr. David Morgan quienes son mi guía en la Universidad de Cambridge”.
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