Los estudiantes de Farmacia de la Universidad de Costa Rica (UCR), que alcanzan su último semestre de estudios, deben llevar un curso denominado: Farmacia de Hospital.
Como su nombre lo indica, la materia consiste en ir a un hospital de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) o privado para poner en práctica todo lo aprendido durante cinco años de carrera y completar así su aprendizaje. Con la llegada de la pandemia, esta presencialidad no fue posible.
Ante el evidente reto, los y las docentes se cuestionaron cómo llevar la vivencia hospitalaria al hogar de cada uno de sus alumnos, con la calidad y excelencia académica que caracteriza a una facultad que lleva más de 120 años de impartir la carrera en Costa Rica.
La virtualidad, que se convirtió en el mejor aliado para desarrollar múltiples actividades académicas y laborales en el marco del COVID-19, se presentó nuevamente como la oportunidad para brindar soluciones nunca antes pensadas: vivir la experiencia hospitalaria desde lo virtual.
“Las prácticas en los hospitales son una de las mayores riquezas de nuestros estudiantes, porque con esa modalidad ven las actividades de la práctica profesional. Este año, al no poder realizarlas, fue todo un reto pensar cómo podíamos llevar a los alumnos a tener ese acercamiento con los centros asistenciales”, indicó la Dra. Wendy Montoya Vargas, docente de la Facultad de Farmacia y coordinadora del curso.
Como resultado, el equipo docente elaboró varias estrategias. La más fuerte fue generar videos con los tutores de los hospitales, mismos que se realizaron en tiempo récord.
En tan solo una semana, el personal de la UCR logró entrevistar a 21 tutores sobre diversas temáticas del curso que, en el ámbito del ejercicio profesional, son de gran impacto para la salud del pueblo costarricense.
Uno de esos casos se observa en el eje de la farmacotecnia, un campo de la farmacia en el que se realizan preparaciones personalizadas para distintos pacientes como, por ejemplo, los recién nacidos.
“En algunos centros hay pacientes neonatos y a veces el hospital no tiene una formulación terapéutica acorde al peso y a las condiciones fisiológicas del bebé. En este caso, el o la farmacéutica le tocará preparar esa formulación. El tener materiales virtuales explicativos sobre cómo hacerlo, las condiciones con las que cuenta el hospital y los insumos, es fundamental para cuando ya los jóvenes se deban enfrentar a esa tarea”, señaló la Dra. Montoya.
Arduo trabajo
En un inicio, el plan de los docentes era grabar videos de los tutores de los hospitales sobre los diferentes ejes temáticos a abordar. Un plan que cambió cuando el número de casos por COVID-19 se empezó a disparar en el país.
“Los tutores nos ayudaron a grabar videos sobre las experiencias de las diferentes temáticas que debíamos abordar. Al inicio nosotros éramos quienes íbamos a grabar pero, justo en ese instante, se dio un aumento en el número de casos. Entonces, se nos volvió complicado ir a los hospitales. Lo que hicimos fue grabar entrevistas vía Zoom y luego preparar el video. Fue una tarea muy laboriosa”, comentó la Dra. Montoya.
Con la grabación de las entrevistas se generaron videos que luego se complementaron con tomas y fotografías relacionadas con la práctica hospitalaria.
El resultado de dicho esfuerzo fue inesperado e incluso superó las expectativas: los estudiantes lograron obtener una perspectiva tan variada de las diversas realidades de los hospitales, que ni siquiera la misma presencialidad puede brindar.
“En la presencialidad los estudiantes van a un solo hospital y tienen la visión de ese único hospital. En este caso, lograron ver diferentes realidades hospitalarias vinculadas a diversos temas y diversificar su conocimiento”, amplió la Dra. Montoya.
Sofia Staikidis, estudiante de la carrera, así lo confirma. “La experiencia fue muy interesante. Aunque uno realmente esperaba ir al hospital, los profesores dieron todo de sí y lograron enseñarnos sobre farmacia de hospital a pesar de no estar ahí físicamente. Por medio de las experiencias de ellos, nosotros aprendimos mucho desde farmacias de hospitales públicos hasta privadas”, indicó la joven.
En ese mismo sentido, Fernanda Rojas Salas, también estudiante del curso, enfatizó que al inicio estaba preocupada porque pensaba que no iba a adquirir muchas habilidades. No obstante, esto cambió conforme avanzó el curso.
“Al final sentí que incluso desarrollé más habilidades, justamente, por la manera en cómo los profesores prepararon el curso con la modalidad virtual. Por ejemplo, el trabajo en equipo, que siempre son complicados, este semestre se dio muy bien y entre todos nos íbamos complementando”, ahondó Fernanda.
Crear una farmacia
Dentro de las estrategias pedagógicas también estaba la elaboración de un proyecto para conceptualizar un servicio de farmacia de hospital.
Durante este ejercicio, los estudiantes desarrollaron su propio servicio en ambientes tan diversos que iban desde hospitales convencionales, hasta especializados como los psiquiátricos o los geriátricos.
“El objetivo era lograr que el conocimiento fuera más de construir; es decir, que los estudiantes no solo dominaran la parte teórica. Ellos tuvieron la posibilidad de escoger qué tipo de farmacia querían elaborar, ya fuera de un sistema público, privado o de un hospital regional, especializado o periférico. La variedad es lo que ayuda una persona explotar sus conocimientos”, manifestó la Dra. Montoya.
Los jóvenes entregaron diversos avances a lo largo del semestre hasta que, finalmente, lograron montar su propio sistema de servicios. Sofía Staikidis y Fernanda Rojas coincidieron en describir esta experiencia como todo un desafío.
“El proyecto fue un reto. Como nosotros no estábamos en los hospitales, tuvimos la ayuda de un tutor para ir desarrollando nuestro trabajo de farmacia de hospital a lo largo de las semanas. La principal ventaja de esto fue que todo nuevo aprendizaje de la clase lo poníamos en práctica”, agregó Sofía.
Experiencia clínica
Los estudiantes también efectuaron sesiones simuladas desde la virtualidad para abordar casos clínicos complejos vinculados a la realidad hospitalaria.
Los casos son de pacientes reales, pero anónimos, y se usan para estudiar grupos terapéuticos. Por ejemplo, los analgésicos ―fármacos que reducen o alivian los dolores de cabeza, musculares y artríticos, entre otros― .
La modalidad es la siguiente. Al estudiante se le da el caso de un paciente que haya utilizado un medicamento de este grupo terapéutico, lo desarrolla y lo presenta en una sesión clínica simulada a sus compañeros. De esta forma, los jóvenes pueden profundizar en el estudio de los fármacos.
“Mi caso clínico consistió en un paciente anónimo que tuvo una infección. Esto llevó a los médicos a darle morfina y otros analgésicos más fuertes. Sin embargo, siguió empeorando. Al investigar más, nos dimos cuenta que no fue por la infección, sino por otra patología de fondo: cáncer de próstata. Este caso fue bastante difícil y tuvimos que utilizar los conocimientos de forma integral para resolverlo y explicarlo. Una experiencia completamente enriquecedora”, expuso Sofía.
Por su parte, a Fernanda Rojas le correspondió desarrollar un caso basado en un paciente que tenía historial por abuso de antibióticos, debido a que en el pasado sufrió de varias infecciones. Su paciente anónimo recibió varias terapias de antibióticos pero luego se tuvo que volver a internar. Después de múltiples estudios, se descubrió que tenía tuberculosis.
“Lo que hicimos, entonces, fue enfocamos en la terapia antifínicos y desarrollar un protocolo estricto para el uso de antibióticos”, comentó Fernanda.
Para la posteridad
De acuerdo con la Dra. Montoya, la mayor satisfacción de esta experiencia fue saber que, ante circunstancias adversas, siempre se encuentran personas dispuestas a colaborar, así como estudiantes creativos que en situaciones retadoras logran salir adelante.
“Fueron muchas entrevistas y muchas personas a quienes se acudió. En todas ellas siempre encontramos disposición. Desde la virtualidad este 2020 fue todo un reto, pero fue asumido de buena manera y hemos visto resultados satisfactorios. Para mí, es una muestra clara de resiliencia y que sí se puede lograr”, dijo Montoya.
Según la especialista, cuando la UCR vuelva a retomar la presencialidad, las acciones de la virtualidad seguirán siendo contempladas debido a los buenos resultados generados.
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