¿Sabía usted que el Día de la Altagracia fue cambiado de fecha en honor a una batalla?
Petronila Dotel Matos, historiadora

Se trata de la llamada Batalla de la Limonade, ocurrida el 21 de enero de 1691 en la Sabana Real de la Limonade cerca de Cabo Hiatino. Ese día las fuerzas francesas y las criollas se enfrentaron duramente, cabo Haitiano fue incendiado y perdió la vida Pierre Paul Tarin De Cussy gobernador de la parte Oeste. A pesar del formidable triunfo de los españales esto no fue óbice para que unos seis años después mediante el Tratado de Rysiwick España reconicera la presencia francesa en la parte Oeste de la isla de Santo domingo.


Según explica el misionero católico John Fleury en su artículo ´´La Altagracia y el Milagro de la Limonde´´, la fiesta de la Altagracia debe celebrarse el 15 de agosto como se consigna en el calendario litúrgico, pero como bien narra Fleury el triunfo de los saldados nuestros, sobre todo, los que se alistaron como voluntarios de Higuey llegaron sanos y salvos. Esto hizo que se cambiara la fecha tras la celabración de la misa ofrecida al regresar victoriosos los higueyanos que se ofrecieron para ir a la batalla. Antes de partir a la lucha ´´estos voluntarios se habían encomendado bajo la protección de Nuestra Señora de Altagracia, con la promesa de celebrar una Misa de “acción de gracias”, si volvían sanos y salvos´´.


Resulta interesante lo que relata el misionero católico, John Fleury: ´´ Se puede imaginar a las familias de los que habían marchado a la guerra, rezando y orando para que se devolviera a sus amados con vida, aunque les faltara un brazo o una pierna. Ignacio Pérez Caro escribió que, en Santo Domingo, por la madrugada del 21 de enero, 1691, “desde las dos de la mañana se abrieron todos los templos, que con los repiques de campanas convidaban a los fieles a que acudiesen a rogar a Dios por el buen suceso de nuestras armas, y todo el que desde aquella hora, se gastó en devotos ejercicios de misas, sermones, procesiones y comuniones, estando en todas partes descubierto el Santísimo Sacramento, bajo cuya nube divina intercedieron aquel día a casi la misma hora de la batalla”.