Científicos Ecuatorianos y Panameños descubren cinco especies nuevas de serpientes caracoleras para la ciencia, distribuidas entre Panamá y Ecuador
Foto de cortesía.

Se acaban de descubrir cinco nuevas especies de serpientes caracoleras que habitan en las selvas húmedas de Ecuador, Colombia y Panamá.

Los conservacionistas Leonardo DiCaprio, Brian Sheth y Nature and Culture International eligieron los nombres de tres de ellos en honor a sus seres queridos mientras creaban conciencia sobre el problema de la destrucción de la selva tropical a manos de las operaciones mineras a cielo abierto.

Las otras especies han sido nombrada en honor a José Vieira, un biólogo y fotógrafo de vida silvestre venezolano que creó el proyecto Ex-Situ, un banco de fotos de libre acceso que muestra la fauna latinoamericana sobre un fondo blanco. La otra especie honra el sistema de reservas de la Familia Canopy, donde se encuentra una de las nuevas especies en el centro de Panamá.

El estudio de investigación fue realizado por el biólogo ecuatoriano Alejandro Arteaga, beneficiario de la Expedición Discovery Club de Exploradores, y el biólogo panameño Dr. Abel Batista, investigador de la Universidad Autónoma de Chiriquí, Panamá, sistema Nacional de investigación Nacional SENACYT-Panamá y Fundación Los Naturalistas.

Las zonas montañosas de la selva alta amazónica y las selvas del Chocó-Darién son reconocidas mundialmente por la riqueza de nuevas especies que continuamente se descubren en esta región. Sin embargo, cada vez es más claro que también albergan algunos de los depósitos de oro y cobre más grandes del mundo. Dejándolas vulnerables a la perdida del hábitat que conlleva el desarrollo minero a pequeña y gran escala

Las serpientes comedoras de caracoles neotropicales (géneros Sibon y Dipsas) tienen un estilo de vida único que las hace vulnerables a las alteraciones de su hábitat. Primero, son arborícolas, por lo que no pueden sobrevivir en áreas desprovistas de vegetación. En segundo lugar, se alimentan exclusivamente de babosas y caracoles, un tipo de presa de cuerpo blando que se encuentra principalmente a lo largo de arroyos y ríos y, presumiblemente, está disminuyendo debido a la contaminación de los cuerpos de agua.

“Cuando exploré por primera vez las selvas tropicales del río Nangaritza en 2014, recuerdo que pensé que el lugar era un paraíso virgen y sin descubrir”, dice Alejandro Arteaga, autor del estudio sobre el hábitat de una de las especies descubiertas y que se publicó en la revista ZooKeys. “De hecho, el lugar se llama Nuevo Paraíso en español, pero ya no es un paraíso. Cientos de mineros de oro ilegales que usan retroexcavadoras ahora se han apoderado de los márgenes del río, que ahora están destruidos y convertidos en escombros”.

En Panamá, el hábitat de dos de las nuevas especies: Sibon irmelindicaprioae y S. canopy, está siendo afectado por la minería y deforestación, con o sin regulación “legal”.

“Desde que inicie mis exploraciones en las montañas de Panamá, tengo la percepción de que las serpientes caracoleras cada vez son menos abundantes, incluso en áreas de montaña virgen, como en el tapón del Darién por ejemplo” nos comenta el biólogo Abel Batista, que también nos comparte su preocupación por los efectos negativos inminentes sobre estas especies que tienen la perdida del hábitat, el cambio climático y enfermedades parasitarias emergentes.

La investigación, condensa los datos recopilados desde el 2012 cuando se iniciaron una serie de expediciones en el tapón del Darién, una de las zonas con mayor biodiversidad del trópico. Con este estudio se incrementa de 155 a 157 el número de especies de serpientes conocidas para Panamá, además contribuye al entendimiento de estas especies que son sujetas de repudio y hasta miedo por las personas que las matan si conocer bien su roll en el ecosistema.

Este trabajo de expediciones e investigaciones fue posible gracias al apoyo de Re:wild, Nature and Culture International, The Explorers Club Discovery Expedition Grants, Khamai Foundation, Tropical Herping y Canopy Family Lodges, el Sistema Nacional de Investigación (SNI) de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT, Panamá), Ministerio de Ambiente (proyecto: SNIMDB), la asociación Adopta el Bosque Panamá (Adoptabosque.org), Universidad Autónoma de Chiriquí, Fundación Los Naturalistas. El trabajo de laboratorio se llevó a cabo en ZSFQ bajo la tutela de Juan M. Guayasamin. La secuenciación fue posible con apoyo al Programa Inédita de la Agencia Ecuatoriana de Ciencias SENESCYT.

 

Les invitamos a leer el artículo completo, que ya fue publicado por la Revista ZooKeys mediante el enlace:

10.3897/zookeys.1143.93601 https://zookeys.pensoft.net