En el Campus Cartago del Tecnológico de Costa Rica (TEC), los docentes y estudiantes de la Institución llevan dos décadas de enseñar el idioma español a personas extranjeras que se encuentran en el país.
Por medio de un programa que privilegia el trabajo presencial, dinámicas culturales inmersivas y la comunicación frente a frente entre aprendices y tutores, un promedio aproximado de 100 foráneos es recibido cada año por la Escuela de Ciencias del Lenguaje del TEC.
En 2004, el “Programa Intercambio Cultural para el Aprendizaje del Español como Segunda Lengua” fue creado e impulsado por la profesora Gabriela Amador Solano, quien precisamente se especializa en la enseñanza del español como segundo idioma y tiene su doctorado en lingüística aplicada, por la Universidad de Alicante, España. De acuerdo con la docente, en su momento el proyecto era destinado para impartir clases de español a los estudiantes extranjeros de intercambio que llegaban al TEC, se matriculaban en cursos de carrera y necesitaban el idioma para participar de las lecciones. No obstante -según comenta Amador- con el paso del tiempo, se comenzaron a generar convenios con universidades extranjeras, en especial de Estados Unidos, Alemania y Canadá; lo cual generó la evolución del programa.
Dentro de la dinámica actual, los estudiantes permanecen entre dos semanas y un mes en la Institución, cursando 80 horas de español de manera intensiva y con actividades curriculares como:
- Conversatorios con estudiantes del TEC.
- Talleres didácticos.
- Asistencia a ferias científicas.
- Trabajo voluntario.
Otra parte fundamental del proyecto es la convivencia de los alumnos con familias anfitrionas. “Cuando se aprende un idioma en un país hablante de este, se debe estar en inmersión cultural total. En este caso, las familias anfitrionas aprovechan que tienen un dormitorio disponible en su casa para recibir a una persona y así poder cohabitar. El que estudiantes y familias compartan espacios como los tiempos de comida, paseos y la misma convivencia en general dentro de casa puede representar hasta un 50% de la experiencia de aprendizaje”, explicó Amador. Esta opción se ofrece si el estudiante cursa el programa mediante un convenio con el TEC.
La profesora también explicó que el Programa tiene como pilar la cultura de la alteridad, la cual postula que un ser humano debe empatizar con otro, para entender y apreciar su cultura siendo tolerante y respetuoso.
A pesar de la naturaleza de libre aprendizaje que tiene el programa, cuenta también con una evaluación: los estudiantes hacen exámenes, proyectos, tareas y obtienen un certificado que generalmente se convalida con los cursos de español que pueden llevar en su universidad de origen. El programa está abierto siempre y no tiene fechas establecidas. Además, está disponible para todas las personas extranjeras que estén interesadas, sin importar si son parte de un convenio o un intercambio oficial entre el TEC y otra universidad. Se brinda como venta de servicios por parte de Fundatec.
Algunos de los países de origen de las personas que han cursado el Programa durante estos 20 son: Alemania, Países Bajos, Italia, Suiza, Canadá, Estados Unidos, Brasil, Japón, Corea del Sur, Mozambique y Kenia.
En este momento, se encuentran viviendo la experiencia un grupo de aproximadamente 30 personas que llegaron por medio de un convenio entre el TEC y la asociación de programa interculturales AFS. La estudiante alemana Coco Vasel es una de las cursantes, quien proviene de Berlín, manifiesta que ha sido un proceso interesante y valioso para su formación como persona.
“Deseo mejorar mi español, pero también me interesa mucho el intercambio con otros estudiantes que viven y estudian aquí. Ellos nos han enseñado qué lugares visitar en Costa Rica y aspectos sobre la cultura, festividades y comidas típicas; lo cual me ha parecido muy interesante”. Coco Vasel, Alemania.Otro de los estudiantes es el joven Muhammad Saeed Khan Guzmán, quien representa un caso de mezcla cultural que refleja de manera inmejorable la naturaleza del Programa. Khan Guzmán es nacido en Costa Rica, hijo de madre costarricense y padre pakistaní; mientras que reside en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) y actualmente se encuentra hospedado en casa de su hermana en San José. De acuerdo con Muhammad, mejorar su español es fundamental para poder comunicarse mejor con su familia costarricense.
“Quiero hablar bien el idioma para poder comunicarme más eficientemente con mi familia, además de que me interesa poder estudiar en el país. Me gustaría cursar algo relacionado con biología”. Muhammad Khan Guzmán, Pakistán y Costa Rica.Finalmente, los estudiantes costarricenses del Tecnológico que sirven como tutores de los extranjeros viven también una gran experiencia formativa. Testimonio de eso es Maripaz Arce Campos, quien explicó que siempre deben hablarles a los aprendices en español, utilizando todos los métodos posibles como incluso el uso de mímicas o imágenes para poder explicarse.
“Me parece muy interesante hablar con personas de otros países y culturas, porque podemos conocer gente que tiene vidas diferentes a las nuestras y aprender bastante del mundo”. Maripaz Arce Campos, estudiante de Ingeniería en Biotecnología.
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