La NASA prueba el cohete con el que la humanidad volverá a la Luna, un hito con beneficios terrestres

La Luna siempre ha sido el objeto de admiración y sueños de la humanidad. Desde los mitos de la creación, hasta cuentos y novelas. Pero pocas veces ha estado realmente a nuestro alcance, y eso es a lo que nos acercará la prueba del cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS o Space Launch System, en inglés), eje central del Programa Artemis que lidera la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio).

El 29 de agosto se abrirá la primera ventana de lanzamiento para el cohete más poderoso jamás construido y que catapultará a la cápsula Orión hacia un viaje alrededor de la Tierra y, luego, hacia la Luna, y de regreso.

Este será el sistema que, si todo sale bien, para mediados de la década llevará a personas de regreso a la superficie lunar. Estas misiones cobrarán una gran relevancia, pues será la primera vez que una mujer viaje a la Luna.

“El Programa Artemis liderado por la NASA consiste en la propuesta para retornar los vuelos tripulados más allá de la órbita terrestre. Esto es muy importante porque los vuelos tripulados no han excedido nuestra órbita (o sea, darle vuelta a nuestro planeta) desde que en 1972 la misión Apolo 17, la última de las siete misiones que fuera a la Luna, volvió a la Tierra. Hace casi cincuenta años”, destaca el Dr. Adolfo Chaves Jiménez, del Laboratorio de Sistemas Espaciales del TEC.

Si el programa Apolo inspiró a una generación para enamorarse del espacio y propulsó el desarrollo tecnológico; se espera que Artemis logre efectos similares y sea el ícono de una nueva era de exploración espacial. Con un contexto muy diferente, según lo explica Chaves: “La carrera espacial ha pasado de ser una carrera para demostrar únicamente supremacía tecnológica, sino que en el contexto de lo que se denomina ‘Espacio 2.0’ se busca el desarrollo espacial para beneficios económicos”.

Además. Artemis no se limitará a llevar personas a la Luna: servirá para establecer una presencia permanente que sirva para dar paso a la exploración de los otros planetas del Sistema Solar, iniciando por Marte. El ambicioso plan incluye un campamento en el polo sur lunar y una estación espacial orbitando el satélite, llamada Gateway (puerta).

“La idea es que estas bases establezcan no solamente experimentación científica y tecnológica, sino la posible utilización de recursos lunares con propósitos económicos”, connota Chaves.

El programa es liderado por NASA, pero cuenta con la cooperación de otras agencias espaciales, como la canadiense, la europea y la japonesa. Además de que trabajará con socios comerciales.