Por décadas, los territorios indígenas se han ido llenando de casas prefabricadas, muchas veces inadecuadas para el clima local y totalmente distintas a la tradición y cosmovisión de sus habitantes. Se trata de viviendas de bienestar social que fueron diseñadas, construidas y entregadas sin consultar a sus futuros habitantes.
Es por esto que especialistas y estudiantes del Tecnológico de Costa Rica (TEC), la Universidad Nacional (UNA) y la Universidad de Costa Rica (UCR) –bajo la sombrilla de un proyecto del Consejo Nacional de Rectores (Conare)–, desarrollan la investigación titulada: “Mejoramiento del diseño arquitectónico, estructural y del uso de materiales utilizados en la construcción de viviendas de interés social para el territorio indígena de Cabagra, Buenos Aires, Puntarenas”.
Si bien el proyecto se desarrolla con habitantes de Cabagra, en Buenos Aires, pretende servir de modelo para otros territorios indígenas y como base de análisis para las instituciones encargadas de desarrollar viviendas sociales en el país.
“Tenemos tres objetivos fundamentales. El primero es determinar el estado actual de los materiales con los que se construye vivienda social en el territorio. El segundo es determinar la cosmovisión indígena de espaciamiento arquitectónico de las viviendas. El tercero es formación y capacitación de carpinteros y maestros de obra para la construcción de vivienda social”, explica Diego Camacho Cornejo.
Camacho es coordinador del proyecto. Participa como docente, investigador y extensionista de la Escuela de Ingeniería Forestal del TEC, la cual está inmiscuida para analizar si la madera puede ser un mejor material para edificar las casas.
Además, se investiga cómo impulsar la cadena de valor de la madera que se utilizaría en las viviendas, desde las plantaciones hasta el trato adecuado y la construcción.
Revalorizar la cultura
El trabajo de campo ha tratado, en primera instancia, de visitar y evaluar las viviendas sociales en el territorio indígena de Cabagra; así como platicar con las familias y conocer sus puntos de vista respecto a los tres tipos de construcción que se han encontrado:
Cemento (prefabricadas).
Madera.
Zócalo (bases de concreto y la parte superior de madera).
“Hemos hecho un recorrido por distintas comunidades del territorio indígena haciendo evaluación de habitabilidad y del estado de los materiales de la vivienda. Nos hemos encontrado viviendas tipo baldosa, tipo zócalo y de madera. En términos generales, hemos encontrado las viviendas en una condición aceptable, algunas de más de 20 años, y que están en un estado aceptable”, explicó Camacho.
Según los especialistas, hay distintos puntos de vista, pues mientras algunos prefieren las viviendas de cemento, otros favorecen las de madera o la construcción mixta. Lo que sí es muy repetitivo es el deseo de que se mantengan elementos propios de su cultura, como que el baño no esté dentro de la casa o que tengan espacio para el fogón para cocinar.
“El principal resultado que deberíamos lograr es un balance entre las viviendas modernas y las viviendas antiguas. Elementos de las viviendas antiguas que favorezcan la continuidad de la cultura de la etnia bribri. Uno de los principales elementos es quizá el fogón, la cocina“, comentó Guiselle Mora Sierra, antropóloga de la Universidad Nacional.
Ejemplo de la dinámica en los talleres organizados por especialistas y estudiantes de las universidades públicas. A los participantes se les solicita que definan los elementos que les gustaría que tengan sus viviendas ideales. Foto: Johan Umaña / TEC.
Además, con el apoyo de estudiantes de las universidades públicas, se están realizando talleres con los habitantes del territorio indígena, en los que se les pregunta cuáles serían los elementos deseables para una vivienda.
“La comunidad ha recibido el proyecto muy bien, en realidad hemos tenido una acogida muy grande por parte de todas las personas con las que hemos conversado, con las que hemos hecho el ejercicio de ponerlos a diseñar cómo quisieran ellos que fueran sus casas.
“En general, la comunidad de Cabagra es muy receptiva, con mucho potencial, con muchas ganas de trabajar y con muchas ganas de hacer valer sus cultura, de revalorizar su cultura y de reconocerse como población bribri que quiere superarse pero sin dejar de ser bribris”, narró Mora.
“En el taller hicimos un croquis de una casa a construir. Estuvo muy lindo porque me parece que así tiene que ser en las viviendas, que el dueño o el beneficiario de cada vivienda disponga de su decisión del tipo de vivienda, que no vengan a imponérselo”. Vitali Rojas Ortiz, participante del taller, Cabagra.
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