Mejores productos, a un menor costo y con reducción de agroquímicos. Los biocontroladores son organismos microscópicos –como hongos y bacterias– que prometen revolucionar la forma de cultivar nuestros alimentos, con una agricultura más saludable para las personas trabajadoras, las comunidades aledañas y los consumidores.
Innovaciones tecnológicas que las empresas nacionales empiezan a adoptar, de la mano de las universidades costarricenses.
Así lo hará el Grupo BATGAL, que contrató los servicios del Centro de Investigación en Biotecnología (CIB), del Tecnológico de Costa Rica (TEC), para recibir asesoría y capacitación en la creación de un laboratorio de producción de biocontroladores, también denominado biofábrica de microorganismos.
“Nosotros somos productores de arroz, de palma aceitera, de plátano, principalmente, pero estamos con ganas de incursionar en otros cultivos. Para nadie es un secreto que con todo lo de la pandemia, con las limitaciones que hay en la cadena logística mundial, los precios de los fertilizantes, de los insumos... todo se ha disparado. Entonces, es importante desarrollar opciones o alternativas biológicas o naturales, que no solamente van a tener un impacto económico en el cultivo, sino que adicionalmente son alternativas más amigables con el ambiente, que es hacia donde va el mundo y es hacia donde nosotros como Grupo tenemos que migrar.
“Me parece que con la firma de este contrato, de este convenio del día de hoy, estamos dando ese primer paso hacia producir lo más natural y lo más amigable con el ambiente'', comentó Saúl Carrera Posada, gerente Grupo BATGAL, durante la firma del convenio, en mayo pasado.
BATGAL es un grupo empresarial con divisiones agrícolas y pesqueras, entre otras, y que tiene presencia en diferentes partes del país, principalmente en el cantón de Parrita (Puntarenas), así como en Chomes de Puntarenas y en San Carlos.
William Rivera Méndez, docente e investigador del TEC, explicó que el convenio consiste en diseño, equipamiento y puesta en marcha del laboratorio o biofábrica, así como la capacitación a quienes se encargarán de las facilidades. También, se brindará orientación a las personas trabajadoras para que apliquen los productos adecuadamente.
“Es todo un reto, porque en sistemas más pequeños es fácil hacer un cambio, pero en fincas tan grandes como las que tiene el Grupo BATGAL es más difícil y complejo establecer un cambio de tecnologías. Para el TEC será un proceso interesante, porque con otros grupos o empresas ya hemos dado el acompañamiento para aplicar las tecnologías, con BATGAL la idea es que ellos mismos produzcan las tecnologías”, explicó Rivera.
“Para el TEC este convenio representa una oportunidad de devolver a las personas lo que invierten en la universidad, es proyección, porque podemos aportar conocimiento para que se dé un efecto positivo en las comunidades, con la reducción de aplicaciones de agroquímicos”.
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