Estudio del OUDENI plantea cuatro escenarios para el sistema educativo ante la crisis

Un estudio del Observatorio Universitario de la Educación Nacional e Internacional (OUDENI) de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) plantea cuatro posibles escenarios de la educación nacional ante la crisis del COVID-19 y las propuestas de mejora pese a la pandemia mundial.

 

Según la investigación, donde se tomaron los criterios de 31,426 docentes de todo el país: 4,108 de Pre Básica, 21,021 de Básica y 6,297 de Media; 3,867 del sector privado y 27,559 del sector público; 16,102 del área urbana y 15,324 del área rural; la educación es mucho más que el aprendizaje de contenidos curriculares para el logro de las funciones básicas del humano.

 

También reconoce que desde hace un tiempo el sistema educativo ha venido presentando indicadores bajos tanto en lo referente a cobertura como a niveles de aprendizaje y esto sumado a los elevados niveles de pobreza y desigualdad social imperantes en Honduras y las condiciones que se asocian con una baja conectividad a internet, escasez de materiales educativos para los alumnos, hace muy difícil el papel del docente en la formación de los alumnos en esta situación de crisis pese a los múltiples esfuerzos de la Secretaria de Educación.

 

El informe también señala que más del 90% de docentes dispone de un teléfono móvil con servicios de internet. Sin embargo, solo un 60% tienen en su casa de habitación una computadora para uso personal o familiar (un 72.2% para el área urbana y sólo un 51.9% en el área rural) aunque los que pertenecen al sistema privado tienen mejores condiciones de conectividad. Agrega que el celular no es la mejor herramienta de trabajo para los docentes.

 

En ese contexto, la investigación apunta que el whatsapp y las llamadas telefónicas han sido los métodos más efectivos para la comunicación entre docentes, padres y alumnos, además de algunas otras plataformas digitales.

 

No obstante, el documento enfatiza la necesidad de recibir capacitación en el manejo de herramientas virtuales, expresadas por una gran mayoría de los informantes, casi el 75% de los docentes indicaron que requieren capacitación para el manejo de plataformas educativas como Google Classroom, Moodle, Blackboard, etc., el 67% respecto al desarrollo de videos educativos, y un poco menos para el manejo de APPs para reuniones virtuales.

 

La actividad educativa según los docentes consultados se ha mantenido en un 50% puesto que solamente han tenido contacto con aproximadamente la mitad de sus estudiantes, aunque hay diferencias importantes por zona, en el área urbana la comunicación ha sido mayor (45% ha logrado contactarse con la mayoría de sus alumnos) mientras que en el área rural es mucho menor, solo el 29% se ha comunicado con la mayoría de sus estudiantes.

 

Y este dato está en correspondencia con la actitud de los estudiantes respecto al desarrollo de estas actividades educativas “no presenciales” durante este período de confinamiento, un 50% de los docentes indicaron que sus estudiantes mostraron “una actitud muy positiva”, 54% en área urbana, 47% en rural. Esta importante diferencia de 7 puntos porcentuales parece estar asociada a las dificultades que enfrentan los estudiantes de las áreas rurales para establecer comunicación con sus docentes.

 

En base a todo lo anterior el OUDENI propone cuatro escenarios posibles para la educación hondureña, siendo el primero:  Suspensión de actividades educativas durante el período de confinamiento y reposición de clases al final de año, en este escenario se plantea que durante los meses de abril, mayo y parte de junio si fuese necesario, se suspende toda actividad educativa formal, y se retoman las clases presenciales bajo el formato habitual, con las medidas sanitarias correspondientes, a partir de junio o julio. Los días de clases perdidos durante los meses de marzo a junio, se repondrían durante el período habitual de vacaciones, diciembre y enero.

 

El segundo escenario plantea la: Aplicación temporal de estrategias virtuales y retorno gradual a la actividad presencial en la segunda mitad del presente año 2020, se continúan las clases por medios y estrategias “a distancia” durante el período de confinamiento, tratando de ordenar y sistematizar mejor las actividades realizadas durante estas 3 semanas de marzo y abril.

 

Posteriormente, a mediados de año, se inicia el retorno escalonado a los centros educativos para el desarrollo de clases presenciales, contando con las medidas sanitarias correspondientes para docentes y estudiantes.

 

Empero, esta opción implica considerables esfuerzos de creación de condiciones para el desarrollo de clases y materiales educativos virtuales, así como para mejorar la conectividad, tanto para los docentes como para los estudiantes.

 

 La correspondiente capacitación de los docentes en estrategias virtuales puede verse como una importante ventaja de este escenario. La adopción de este escenario Implica ordenar y sistematizar mejor toda la actividad que la Secretaría y los docentes han venido desarrollando durante este período inicial de confinamiento y las limitaciones del caso en el aérea rural.

 

El tercer escenario sería: Iniciar pronto un proceso escalonado de retorno a los centros educativos, combinando estrategias virtuales con materiales impresos Se trabajaría con dos modalidades simultáneas. Donde hay suficiente conectividad, se continuaría utilizando este medio para el desarrollo de contenidos curriculares, hasta que la pandemia permita hacer un retorno a las aulas. Pero para las zonas en las cuales no es posible realizar comunicación virtual con todos o la mayoría de estudiantes, sea por problemas de conectividad o por situación de pobreza, se iniciaría caside inmediato, de ser posible en mayo, un retorno escalonado y alterno por días y semanas (primer grado va los lunes, segundo grado los martes, etc.), para que los docentes puedan realizar explicaciones, asignar y revisar tareas.

 

Este tercer escenario tiene un apoyo significativamente mayor entre los docentes que laboran en el área rural, pero requiere un importante apoyo con materiales impresos para los casos de contextos con baja conectividad o acentuada pobreza, para que las visitas presenciales escalonadas cada dos o tres semanas, les permitan explicar contenidos, asignar y revisar tareas, etc. Igualmente plantea una mejora de las condiciones sanitarias de los centros (acceso a servicio de agua en particular) y mecanismos de bioseguridad para alumnos y docentes durante el proceso de retorno.

 

El cuarto escenario propone: Adoptar un calendario estacional y desarrollar materiales educativos auto formativos. Se adoptaría el calendario escolar de septiembre a junio, reiniciando el año lectivo 2020 bajo un modelo semi presencial. El período entre abril y agosto se aprovecharía para: Capacitar docentes en estrategias de enseñanza aprendizaje no presenciales (virtuales y uso de materiales auto formativos, principalmente).

 

Además, bajo este panorama se podría desarrollar o seleccionar, imprimir y distribuir materiales impresos auto formativos para los lugares de baja conectividad, mejorar las condiciones sanitarias de los centros educativos, especialmente respecto a disposición de agua.

 

El actual período previo al inicio del año lectivo, podría ser utilizado para que los docentes identifiquen contenidos relevantes en los cuales sus estudiantes necesitan fortalecer sus aprendizajes y apoyarles para mejorar en esos temas.

 

De igual forma puede impulsarse el desarrollo de actividades orientadas a fortalecer el área socio afectiva de los menores, el manejo de materiales educativos de auto aprendizaje, etc., manteniendo la actividad educativa en el período.

 

Según los investigadores esta opción es la que plantea más retos administrativos, técnicos y de inversión. Pero es también la única que ofrece la oportunidad de ir más allá de pretender volver a la situación “normal” anterior a la crisis sanitaria. La elaboración o selección, impresión y distribución de materiales educativos auto formativos a partir de una priorización de contenidos curriculares, ofrece la oportunidad de mejorar el servicio educativo en el país, en particular en las áreas rurales.

 

A criterio de los investigadores de la UPNFM el cambio del calendario lectivo, para reiniciarlo hasta septiembre, tiene sentido únicamente, si se aprovecha para capacitar al personal docente en servicio, gestionar el acceso de los mentores al servicio de internet, mejorar la infraestructura física de los centros, especialmente en aspectos de servicios sanitarios y particularmente importante para los estudiantes de menores recursos, la elaboración o selección de materiales auto formativos, tanto impresos como para uso virtual.

 

Finalmente el estudio señala que no existe una solución única o “buena”, hay varias opciones de escenarios posibles, cada uno de ellos con sus fortalezas y sus debilidades, pero hace hincapié en capacitar a los docentes en el uso y manejo de plataformas digitales que favorezcan su labor de educadores y mejorar las condiciones sanitarias de los centros.