El segundo día del Ficcua presentó una gran variedad cultural
El grupo musical Taforem de la Universidad de Costa Rica presentó tres piezas de su composición. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La música y la danza se hicieron sentir en la tarima de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica, donde entre los aplausos y el apoyo del público, el escenario vibró al compás de la música y los bailes que presentaron los distintos grupos este miércoles 5 de junio.

La UCR tuvo como representantes al grupo musical Taforem, quienes realizaron un trabajo de composición musical basado en la exploración del paisaje sonoro social y mental de las y los integrantes. En esta ocasión compartieron con el público tres composiciones propias Yo soyNi para estrellas serviremos y Semilla de Corazón.

Asimismo, la Universidad de San Carlos de Guatemala, mediante la Escuela Superior de Arte, presentó la coreografía Dualismo, una danza que pone sobre el tapete el tema de las relaciones entre hombres y mujeres. Para Grecia Betzabé Errano Reyes participante del grupo “ha sido una nueva experiencia, muy bonita, muy hermosa. El país de por sí es hermoso y las personas ni digamos. Es una buena experiencia y un gran festival intercultural”

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La Universidad Técnica Nacional de Costa Rica (UTN) presentó la coreografía Afroraíces. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

El ritmo y sabor caribeño los puso la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (Uraccan) con su espectáculo de danzas caribeñas. “Es la primera vez que vengo a participar y me ha parecido espléndido, algo maravilloso. Me gusta estar frente a diferentes culturas que hay aquí, afirma Staford Richard Mcfields Bonnas, integrante de esta universidad.

Además, el público también disfrutó de las presentaciones de los grupos RitmoTec, UNEDanza y la UTN de Costa Rica, así como de la Universidad Nacional de Ingeniería de Nicaragua, entre otros.

Por su parte, en el Aula Magna el teatro cerró la tarde con grupos de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), de la Universidad Especializada de las Américas de Panamá (Udelas), de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y de la Universidad de Costa Rica (UCR), donde hubo tanto reflexión como humor y sobre todo mucho entretenimiento.

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La Universidad de San Carlos de Guatemala deleitó al público con su coreografía Dualismo. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Una de la obras presentadas fue la del Grupo Voces de la UNED, cuyo título fue Vida y muerte, la cual trató sobre una pareja que tiene dos bebés y uno de ellos muere. Se retrata tanto la tristeza por la muerte de un recién nacido, como la felicidad por la vida del otro que logró sobrevivir, y lo que esto implica para la familia y la comunidad.

Más adelante, fue la Udelas, la que presentó una obra de mimo llamada La gran espera, la cual trata, según se describe en la reseña de la misma obra, de la espera de un caballero a su dama, en la cual él colapsa. Luego la dama le explica su demora y él refleja su tolerancia hacia ella.

Sin duda, el humor lo puso Jefferson, el personaje de la obra Mi nombre es Jefferson, quien representa a un joven de 17 años, que recién salió del colegio, donde conoció a una joven, muy popular, a la que quiere invitar a salir, pero no haya cómo. Entonces, empieza a ensayar varias voces frente al espejo y toma el teléfono para ensayar, pero se pone nervioso y entonces hace ejercicios de relajación para sentirse mejor.

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El Grupo de Teatro Universitario de la Sede del Pacífico, de la UCR, presentó la obra Grito silencioso. Foto: Anel Kenjekeeva.

Al final, este divertido monólogo, concluye en que es la misma chica a la que él quiere llamar para invitarla a salir, quien lo llama a él y lo invita a salir, logrando así su cometido de toda la obra de tener una cita con la joven de sus sueños. Esta obra es del Teatro Universitario Catarsis.

La UNED, por su parte, con el grupo UNEDrgia presentó la obra El sonido de las cosas, la cual trata sobre las dificultades que enfrentan diariamente las personas con discapacidad, con el fin de generar reflexión en las personas.

Uno de los personajes lo representa una joven que actúa como sordomuda, quien al salir fuera de su hogar tiene problemas para comprender y darse a entender con las personas y al final incluso, dentro de su misma casa, que comparte con su hermana, es violada por una persona que hacía trabajos en su casa.

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Asimismo, la danza se hizo presente ayer en el Aula Magna con el Grupo Sector Urbano, de la UCR, que presentó Latino. Foto: Anel Kenjekeeva.

El otro personaje es una joven, quien en la obra padece de una especie de parálisis cerebral y se moviliza mediante una silla de ruedas. Ella quiere conseguir trabajo, a pesar de que su madre le prohíbe salir de su casa, pero ella lo intenta y no le dan el trabajo por su condición, con la justificación de que no cumplió con los requisitos, los cuales no le exigen a otros aspirantes.

La tarde finalizó con la obra Grito silencioso, del Grupo de Teatro de la Sede del Pacífico de la UCR, la cual trató de una pareja que se casa y esperan su primer bebé, pero la mujer embarazada no sabía que su esposo tenía relaciones extramaritales con una prostituta, que a la vez tenía como pareja a un drogadicto, quien contrajo la enfermedad del sida y se lo trasmitió a su acompañante y esta al hombre casado.

Como es de esperar, el esposo infiel también le transmite la enfermedad a su esposa embarazada, quien tenía una gran ilusión por el nacimiento de su bebé. En el proceso, ella se da cuenta de que padece sida y que esto podría ser una sentencia de muerte para ella o para la criatura que espera. Además de enfrentar esta devastadora noticia, se ve rechazada por la sociedad, debido a su condición. Al final, enfrenta a su marido y lo echa de la casa, él la acusa de ser infiel y de haber contraído la enfermedad por sus supuestas infidelidades.

Es así como este segundo día concluyó con una reflexión sobre los valores sociales y sobre la discriminación que puede enfrentar una persona, una vez que da a conocer que padece una enfermedad como el sida.